2-1, m. 29: Vidal.
3-1, m. 34: Messi.
4-1, m. 60: Messi.
5-1, m. 77: Luis Suárez.
Mucho Messi para tan poco Pucela
Ni con cinco atrás ni con cuatro. El Real Valladolid no pudo en ningún momento con un FC Barcelona movido al ritmo marcado por un espectacular Leo Messi, que hizo dos goles y dio otros dos. Aunque el Pucela supo reponerse a un mal inicio, terminó claudicando con total justicia y, al contrario que en la temporada pasada, se marchó goleado del Camp Nou.
Reacción inicial
Apenas había tocado la pelota el conjunto pucelano, cuando los locales, tras un córner y una serie de errores defensivos, se adelantaba en el marcador a las primeras de cambio. El despeje de Sergi Guardiola tocaba en Joaquín Fernández y le caía franco a Clément Lenglet. La volea del central francés se desviaba lo suficiente tras golpear en el cuerpo de Fede Barba, iba directa al larguero y entraba sin que Jordi Masip pudiera remediarlo.
Con ello, se producía el peor de los escenarios. Los de Sergio González, acostumbrados a manejarse con comodidad con el marcador igualado, se veían por detrás con el partido recién comenzado.
A pesar de ello, los visitantes se desquitaban a continuación con dos acercamientos peligrosos. Primero, con un disparo de Sergi Guardiola que terminaba en saque de esquina. Más tarde, con un intento desviado de Waldo Rubio, una de las novedades en el once. Era lo suficiente como para dejarse ver en ataque y demostrar a su rival que también buscaban plantar batalla.
Aunque el Barça mantenía la tensión y seguía manejando la pelota a su antojo, se encontraba con el tanto del empate vallisoletano. Por segunda jornada consecutiva, el balón parado daba sus frutos. Míchel Herrero servía una falta al área pequeña, Marc-André ter Stegen repelía el cuero hacia el centro y Kiko Olivas, con la rodilla, anotaba el primer tanto de su carrera en la máxima categoría.
Messi marca la diferencia
Entonces sí, el Pucela parecía sentirse más cómodo sobre el césped. Pero ahí surgía la figura de Messi. Primero, con un pase medido para Arturo Vidal ante una defensa que dejaba demasiados espacios, y, poco después, con un golazo de falta lejana, el astro argentino dejaba el partido visto para sentencia en un abrir y cerrar de ojos.
Para colmo, Nacho Martínez caía lesionado y Mohamed Salisu, que había descansado de inicio, se veía obligado a entrar al campo para desplazar a Fede Barba al lateral izquierdo.
No había mucho más que rascar. Pese a que el Real Valladolid regresaba al terreno de juego en la segunda parte llevando el dominio del esférico y con la tímida idea de acortar distancias, las aguas volvían rápido a su cauce.
Cambio de planes
Sergio no tardaba en echar mano de Pablo Hervías y volver a su clásico 4-4-2 al retirar a un desacertado Anuar Tuhami. Ya con el ceutí sustituido, una nueva pérdida en el centro del campo originaba la ocasión de Ansu Fati. El hispanobisauguineano rozaba el cuarto, pero Masip lo impedía.
De inicio, la entrada de Hervías le daba otro aire al conjunto blanquivioleta, que se acercaba con más peligro al área rival. Pero era un querer y no poder. Con todo resuelto, el partido caía en un tramo muy plano, con los dos conjuntos más deseosos de que se acercara el final que de otra cosa. Aún así, a Messi le daba tiempo en un par de minutos a apuntarse el segundo en su cuenta tras un espléndido control y a servir el quinto de la noche a Luis Suárez con un perfecto pase de tiralíneas.
El resto del encuentro era un completo sufrimiento. Los blanquivioleta, totalmente descosidos por dentro, clamaban para que Javier Alberola Rojas señalara el final. A este se llegaba con el contundente 5-1, lo que suponía la mayor derrota desde la llegada de Sergio al banquillo. Algo que decía absolutamente todo y que empañaba el trabajo defensivo del equipo en las 10 primeras jornadas. El Real Valladolid terminaba el duelo sin competir y rendido a un Messi que había vuelto a dar una nueva clase magistral en el césped del Camp Nou.
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