¿Por qué Rubén Blanco guarda un buen recuerdo de Valladolid?
Para el actual guardameta del RC Celta de Vigo, Rubén Blanco, el Nuevo Estadio José Zorrilla siempre tendrá un hueco especial en su memoria. El meta celeste no olvida sus orígenes y mucho menos el día que debutó oficialmente en LaLiga Santander con el primer equipo celeste.
Fue el 26 de mayo de 2013, en la penúltima jornada liguera, cuando el Real Valladolid recibía al Celta, colista en la tabla clasificatoria con tan sólo 31 puntos. Los gallegos necesitaban obrar el milagro para salvar la categoría, mientras que el conjunto blanquivioleta, liderado por Miroslav Djukic y con nombres como Álvaro Rubio, Víctor Fernández, Manucho Gonçalves, Patrick Ebert o Marc Valiente en sus filas, llegaba al duelo con la permanencia asegurada, con 40 puntos en su haber.
Una cita especial
El Celta de Abel Resino salió con Javi Varas bajo palos. No tardaron en adelantarse los gallegos cuando Gustavo Cabral aprovechó un balón peinado de Augusto Fernández para batir a Jaime Jiménez con un soberbio cabezazo en el minuto 28.
El Real Valladolid se volcó en busca del empate, pero el infortunio hizo que Daniel Larsson chocara con Varas en el área del meta andaluz. Los peores presagios se confirmaron y el guardameta celeste abandonó el terreno de juego por una dolorosa luxación en su codo izquierdo.
Fue entonces cuando un joven Rubén Blanco, de 17 años, saltaba al césped de José Zorrilla en el minuto 44, en el partido que podría decidir un futuro tenebroso para la entidad gallega en forma de descenso a LaLiga SmartBank o estar un paso más cerca de obrar el milagro de la permanencia.
El mosense se vistió de héroe salvando en varias ocasiones a su equipo con prodigiosas paradas. En una de ellas, Manucho pudo igualar el encuentro de no ser por la gran estirada del meta visitante.
En la segunda parte, el verdugo del Real Valladolid, Iago Aspas, fue el encargado de sentenciar el encuentro desde el punto de penalti. El encuentro finalizó y Rubén estalló en lágrimas debido a los nervios del debut. Por ello, el meta gallego tendrá en su corazón el no tan reciente duelo en Zorrilla, donde un día se consagró como el guardameta que es actualmente.
El destino quiso que ambos conjuntos, pucelanos y gallegos, vivieran un momento dulce fruto a su permanencia en la máxima categoría del fútbol español. El Real Valladolid, como decimocuarto clasificado con 43 puntos, y el Celta de Vigo, sudando la camiseta hasta el final, en decimoséptima posición, con 37.
Este domingo, Rubén Blanco no saltará el verde del José Zorrila, pero sí lo hará al del Estadio Abanca-Balaídos después de que el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol dejar sin efecto la tarjeta roja que vio en el encuentro ante el Valencia CF.
