Tercera jornada y primera 'crisis' del Real Valladolid. Sin tener una repercusión en los resultados, la semana previa a la visita a Lugo no ha sido nada fácil para el equipo ni, sobre todo, para José Rojo, Pacheta. El entrenador blanquivioleta aludía a "inestabilidad" para analizar el momento del equipo en pleno cierre de mercado de fichajes.
Con todo, entre salidas y llegadas, los pucelanos viajaban al Estadio Ángel Carro y lo hacían con dudas pero con la exigencia de seguir el camino que han mostrado en ciertas fases de los dos primeros partidos de LaLiga SmartBank. Tanto en el empate (1-1) en Las Palmas como en la victoria (2-0) ante el Real Zaragoza, los pucelanos tuvieron buenas fases de juego pero, también, momentos de debilidad.
Buscando potenciar las virtudes y escondiendo las debilidades, la tercera jornada podía curar la inestabilidad pucelana pero, también, potenciar los miedos. El partido en Lugo suponía mucho para el equilibrio del Real Valladolid y, visto lo visto ante el equipo gallego, la situación es muy ventajosa para los blanquivioleta.
En Lugo, el equipo mostró el "veneno" que tiene este equipo y con el que se va a convencer a todo aquel que llega a Zorrilla con una dinámica de dos victorias y un empate en las tres primeras jornadas.
En la previa al viaje a tierras gallegas, Pacheta aseguró que el equipo tuvo malos minutos ante el Real Zaragoza pero quiso "poner en valor" el buen hacer del Pucela en determinados momentos del duelo. Para él, la segunda parte fue muy positiva y lo quiso destacar y resaltar. Con esa base, el Real Valladolid debe olvidar los altibajos, tal y como hizo en los primeros 45 minutos en el Estadio Ángel Carro.
La puesta de largo del equipo pucelano en tierras gallegas fue contundente y, mínimamente, ilusionante. Con un esquema detallado y sin grandes cambios pese a que Shon Weissman cada semana pierde a su acompañante de ataque, el Real Valladolid tomó el control del partido con el pitido inicial.
Desde él, el delantero israelí marcó diferencias con un gran gol y, con él, el Real Valladolid confirmó y dominó el partido. La primera parte fue seria, contundente y fiable en un equipo que no lo tuvo fácil pero que supo actuar. Éste no es un Real Valladolid sin capacidad de respuesta y débil. Tiene convencimiento y credibilidad ante una expulsión y ante un penalti.
Con 10 por una expulsión más que rigurosa de Shon Weissman, el Real Valladolid supo hacer frente a un penalti en contra. Roberto cambió el partido cuando antes del descanso evitó el empate lucense. La fuerza que el portero madrileño inyectó al equipo con su intervención fue capital para entender la lectura que los pucelanos hicieron de los segundos 45 minutos.
Tras la primera parte y después del paso por vestuarios, el Real Valladolid enfocó el duelo con la fuerza y la personalidad que debe tener un equipo con sus aspiraciones. Independientemente de estar con diez. Pese a no saber con qué jugadores contará el equipo "desde este miércoles", tal y como narró Pacheta, el equipo mostró una idea convencida y segura.
Los pucelanos estaban dentro de sus registros y sus objetivos cuando había transcurrido ya más del 50% del encuentro. Los de Rubén Albés, bien trabajados y con ideas claras en los partidos anteriores y desde le llegada del gallego a Lugo, estaban desubicados. Necesitaban un reseteo de esos a los que tanto aludía Sergio González en tiempos pasados y nocivos.
El Real Valladolid controlaba el duelo con 10 jugadores. Ocurría poco y sucedía lo que él quería. Noqueada la respuesta lucense tras la expulsión de Weissman, el duelo era blanquivioleta. Lo era, incluso, antes del gol de Toni Villa que sentenció el partido e hizo que los pucelanos viesen este duelo como un posible punto de partida e inicio de sus ambiciones e ilusiones.
Superando el gafe que supone para los pucelanos ir a Lugo, ganando un partido con inferioridad más de una hora y convenciendo con la propuesta y ejecución de los segundos 45 minutos, ese "veneno" que anunciaba Pacheta para convencer a los nuevos ha quedado presentado en Lugo, tierra hostil pero, desde ahora, zona de ilusión y esperanza para saber que el cambio de mentalidad es posible en un equipo lleno de dudas hace sólo unas semanas.