La semana no ha sido nada fácil en el Real Valladolid. La derrota (3-2) en el Estadio de El Alcoraz pero, sobre todo, lo vivido con Gonzalo Plata hacían que la visita del Real Oviedo fuera determinante. Había muchas heridas que cerrar. Sin ser protagonista durante la semana a nivel público, la visita de los de José Ángel Ziganda exigía el máximo a los pucelanos en un duelo que debía ser capital.
Ganar tres puntos era determinante para los pucelanos. El equipo lo demandaba y el entorno lo requería para seguir creyendo en una temporada de altibajos pero que tiene al equipo ya instalado en la zona de play off. Con fases de dominio y otras de sufrimiento, la victoria ante los asturianos llegó sin excesivos agobios.
Llegados al descanso con ventaja en el marcador, en los segundos 45 minutos sólo hay dos acercamientos grandes a la portería de Jordi Masip, principal novedad pucelana. Un disparo de Jorge Pombo en el tiempo de añadido y un penalti marrado por Borja Bastón fueron el bagaje ofensivo de los de Ziganda en un duelo que dominaron en los segundos 45 minutos pero en los que no consiguieron ser peligrosos.
Así, y aprovechando los errores rivales y la buena inercia inicial del encuentro, el Real Valladolid firma la décima victoria de la temporada, una victoria de tanto renombre como de enorme necesidad. El equipo olvida Huesca y lo vivido con Gonzalo Plata, que no es poco.
Los detalles en LaLiga SmartBank son determinantes. Por uno ganas y por otro, pierdes. Por ello es importante no ser resultadista y analizar el partido por el juego y lo mostrado. De esta forma, los primeros 45 minutos del duelo entre el Real Valladolid y el Real Oviedo se deben entender antes del gol de Nacho Martínez. Ese detalle y ese error de Joan Femenías marcaba la primera parte pero no la definía o, al menos, no debería ser así.
Sin el gol del '22' blanquivioleta, el encuentro entre pucelanos y asturianos hubiera llegado al descanso con un empate justo y merecido por méritos de unos y de otros. La igualdad fue máxima en los primeros 45 minutos pero un error grosero del portero visitante cambió el encuentro y, a su vez, ciertas lecturas.
Hasta ese error de Femenías, el duelo estaba siendo equilibrado e igualado en la propuesta. Un ida y vuelta entre dos equipos que querían vivir en campo contrario y generar superioridades en ataque. Ni uno ni otro escondían posibilidades ni especulaban. Así llegaron los goles y, también, la concesión de los tantos.
El noveno gol de la temporada de Shon Weissman abría el partido, pero el Real Oviedo no se escondía y conseguiría empatar el partido en una rápida acción al espacio en la que Borja Bastón hizo buena la potencia al espacio de Erik Jirka. Con el merecido empate en el marcador, pucelanos y asturianos esperaban llegar al descanso, pero Nacho Martínez hizo bueno el primer gran error visitante.
La concesión de la ocasión de Joan Femenías rompía el duelo, tanto o más que el error que llegados a la hora de juego tuvo Borja Bastón. El delantero madrileño fallaba un penalti cometido por Jawad El Yamiq y cerraba sin gol el mejor inicio de segunda parte de los visitantes. El Real Oviedo arrancaba el duelo con fuerza y superioridad pero su máximo goleador no lo demostraba de cara a puerta.
Así, y con 30 minutos por delante, el Real Valladolid tenia una buena oportunidad de gestionar una ventaja que le invitaba a una victoria muy necesaria. Tres puntos enterrarían los miedos del Pucela tras la derrota en Huesca y, ante todo, todos los problemas suscitados por el grave incidente de Gonzalo Plata.
Afortunado en los detalles y manteniendo la propuesta ofensiva en el terreno de juego, el Real Valladolid afrontaba el último tercio del partido con mucha de la confianza que necesita pero, a su vez, con el miedo de un rival insistente en sus opciones y capacidades.
Los de José Ángel Ziganda buscaban con fuerza la portería de Jordi Masip pero el Real Valladolid se mostraba seguro y convencido de qué necesitaba para no ver peligrar la victoria. Con Cristo González, Anuar Tuhami y Rubén Alcaraz en el terreno de juego, el Real Valladolid cambiaba muchos de sus detalles pero mantenía la idea y la esencia.
Con una mayor insistencia de los visitantes al ir por detrás en el marcador, el Real Valladolid sufrió, sí, pero de forma controlada. Los pucelanos sobrevivían a la sensación de peligro del rival y conseguían que no tuvieran grandes ocasiones. Sin llegar a poner en aprietos la portería rival, el Pucela controló el juego y el partido para firmar la décima victoria de la temporada.
Todas son importantes pero ésta un poco más. Tras lo vivido con Gonzalo Plata, los tres puntos calman las aguas y elevan el optimismo en el penúltimo duelo del año en Zorrilla. Sin excesivas euforias, ésta es una victoria más que necesaria que cierra muchas heridas.
Cuando falta Roque Mesa el centro del campo se queda desamparado. No tenemos sustituto y es urgente buscarlo. La defensa en general está poco trabajada como se ha demostrado hoy en el gol del Oviedo. Hemos tenido la suerte que faltó en otros encuentros. ¡Qué pena de árbitros tenemos en segunda división! Ánimo a todos y a por los canarios el miércoles.
No se puede jugar peor. Presiento un año más en segunda.
Partido para cerrar heridas,efectivamente así es,no es el encuentro donde se disfruta pero son tres puntos importantes,cuando se gana los defectos se ven menos,agradecer a Borja Bastón que la mandara al graderío,el gol del Oviedo a sido un despiste de toda la defensa los goles del Real Valladolid por Weissman y Nacho en fallo de el guardameta Femenias,preocupación por las diversas lesiones que nos están afectando,un El Yamiq sin fisuras,y un Masip que cumplió bien reseñar que ha falta de Roque Mesa hay que inventarse otro.S.PCLA.