Y de pronto, secos
Cómo cambia el fútbol en apenas dos jornadas y un par de semanas. El Real Valladolid viajaba hace menos de 10 días con toda la ilusión posible al Nuevo Estadio Carlos Tartiere. El equipo de José Rojo, Pacheta, acompañado por más de 2.000 aficionados, visitaba al Real Oviedo. Lo hacía con confianza y seguridad por los últimos resultados, pero, ante todo, convencido de su bagaje ofensivo por los 14 goles que había anotado en los últimos cuatro partidos. ¡Un gol cada 25 minutos!
Las goleadas ante la Sociedad Deportiva Amorebieta y ante el Club Deportivo Tenerife multiplicaron la confianza de un equipo que parecía haber tomado velocidad de crucero en el juego, en la creación de ocasiones y en la consecución de goles. El Pucela estaba convencido, pero, de repente, todo se ha frenado.
Tras esos últimos partidos era inimaginable que el Real Valladolid estuviera más de 180 minutos sin hacer un gol, tal y como ha ocurrido en las últimas semanas. Desde el tanto de Luis Pérez en el Estadio Heliodoro Rodríguez López hasta la actualidad han transcurrido más de 190 minutos. En ellos, el Pucela no ha tenido falta de acierto y sí ausencia de claridad para buscar y encontrar la portería rival.
180 minutos secos
Los de Pacheta están parcialmente justificados por la derrota en Oviedo y los condicionantes que ésta tuvo, pero en el Nuevo Estadio José Zorrilla y ante la UD Las Palmas, no. Resulta complejo de justificar y entender que el Real Valladolid que viajó a Asturias se haya quedado sin gol en el momento más determinante de la temporada.
Al borde de entrar en los últimos 30 puntos en juego, el Pucela ha detectado un nuevo problema y éste es una carencia inesperada para un conjunto que ha anotado 50 goles y que posee el primer registro más alto de la temporada en la faceta goleadora. Junto a la Unión Deportiva Almería, el Real Valladolid es el equipo más goleador de LaLiga SmartBank y por ello sorprende aún más el frenazo que ha sufrido el equipo en los últimos 180 minutos.