Un equipo obediente

El Real Zaragoza consiguió su primera victoria del año el pasado sábado frente al CD Tenerife. El equipo de Natxo González sumó los tres puntos gracias al tanto de Jorge Pombo, que volvió a la senda del gol tras dos meses de sequía merced a un buen disparo desde la frontal del área ante el que nada pudo hacer el guardameta visitante.

Un tanto que sirvió para otorgarle la tranquilidad al técnico de que el equipo respira y se aleja de los puestos más bajos de la clasificación, pero también para ver como la plantilla es obediente y capta a la perfección el mandato del entrenador vasco. Y es que durante la semana había sido Raúl Guti el encargado de confesar la petición expresa de Natxo González a sus jugadores, que no era otra que la necesidad de disparar más desde larga distancia.
Dicho y hecho. En los dos últimos encuentros el Real Zaragoza ha sumado puntos gracias a los goles de Guti y Pombo, ambos desde fuera del área. Una situación que no es baladí, pues más allá de los tantos de falta directa anotados por Alberto Zapater, el conjunto blanquillo tan sólo había sido capaz de marcar desde más allá de los 16,5 metros que marca el área grande en dos ocasiones, ambas por mediación de Borja Iglesias y las dos en el encuentro ante el Córdoba.
Así pues, el comienzo de 2018 marca un punto de inflexión para el conjunto aragonés, que ha encontrado una nueva vía para llegar a la portería contraria, algo que le ha servido además para sumar cuatro de los seis puntos en juego en este inicio de año.