Una racha de otro tiempo

El Real Zaragoza consiguió frente al Real Oviedo su tercera victoria de forma consecutiva, la cuarta en lo que llevamos de año en un estadio municipal de La Romareda que se ha convertido en un auténtico fortín en lo que llevamos de año 2018. Dos rachas a las que están poco acostumbrados los aficionados blanquillos durante los últimos tiempos.

Tras mucho padecer durante la última temporada y media, al fin el Real Zaragoza parece haber encontrado su camino para, al menos, evitar el sufrimiento por la permanencia y, de ser posible, mirar con franqueza la zona de promoción. Todo gracias a la anhelada racha de victorias consecutivas que durante semanas anunció el técnico del equipo aragonés, un Natxo González, que tenía clara la necesidad de enlazar buenos resultados.
Un hecho, el de encadenar tres victorias de forma consecutiva, que no conseguía el equipo blanquillo desde hace dos temporadas, con Lluís Carreras en el banquillo. Entonces, los aragoneses lograron enlazar tres triunfos seguidos frente a Mallorca (2-1), Valladolid (1-2) y Alcorcón (3-1), entre las jornadas 33 y 35, llegando a situarse en la tercera posición de la tabla.
Más extraño todavía es lograr una racha de cuatro triunfos consecutivos en el estadio municipal de La Romareda, en el que por cierto, ya se han logrado las mismas victorias que en todo el año 2017. Para encontrar una racha semejante hay que remontarse a la temporada 2011/12, en la que el Real Zaragoza logró una salvación casi milagrosa con Manolo Jiménez en el banquillo. Una salvación cimentada en buena parte en los encuentros como local, enlazando esas cuatro victorias en las últimas jornadas de la temporada frente a Granada (1-0), Athletic (2-0), Levante (1-0) y Racing de Santander (2-1).
Ahora, que el objetivo es precisamente el contrario, el de devolver al Real Zaragoza la máxima categoría, La Romareda vuelve a ser protagonista, el lugar por el que deben pasar las aspiraciones del equipo por alcanzar sus objetivos.