El Sadar, una fortaleza con fisuras

El Real Zaragoza visita el próximo sábado el estadio de El Sadar en Pamplona, donde se verá las caras con Osasuna en un duelo que añade a la rivalidad tradicional, la rivalidad clasificatoria de dos equipos separados únicamente por un punto y con un puesto en la zona de promoción por el ascenso en juego.

Un duelo que tradicionalmente ha resultado complicado para los aragoneses, que apenas han logrado la victoria en estadio navarro en cuatro de las 29 veces que se ha visitado. Aunque por otro lado, el último de los triunfos está todavía reciente ya que fue en la temporada 2014/15, 0-1 con gol de Galarreta.
Llegan ahora los blanquillos con la moral por las nubes tras cinco victorias consecutivas y sensación de ser invencibles, un sentimiento al que se le pueden añadir los números de Osasuna cuando juega en casa. Esta temporada los rojillos son uno de esos equipos extraños que suman casi tantos puntos en campo propio como ajeno. De sus 47 puntos, 25 se han logrado en El Sadar y 22 lejos de él. La gran diferencia para el equipo navarro está en los datos goleadores, ya que anota y recibe mucho más en casa que fuera. En El Sadar ha anotado 21 tantos (1,4 goles por partido) y ha recibido 16 (1,06), mientras que fuera ha anotado 11 goles (0,76) y ha recibido sólo 8 (0,53). Eso sí, las fisuras del campo pamplonés son relativas, pues del mismo modo que parece sencillo anotar allí, es harto complicado, ya que únicamente dos equipos han logrado la victoria: Alcorcón y Nàstic.
Tratará pues el Real Zaragoza de ser el tercero en esa lista para dejar tocado a un rival directo y de paso conseguir auparse por primera ver a lo largo de la temporada a los puestos de promoción por el ascenso, convertido así en un candidato a todo.