Láinez, el adiós de un zaragocista

De entre las muchas cosas que ha comunicado Lalo Arantegui en la rueda de prensa programada para la mañana del martes, hay una que ha pasado en cierta manera inadvertida. No es otra que la marcha de César Láinez del Real Zaragoza. Tras una difícil temporada en el Deportivo Aragón, el exguardamenta no seguirá en el club blanquillo.

Será sin duda un momento complicado para Láinez, que debe abandonar el que ha sido el equipo de su vida. Criado en el filial zaragocista, el arquero tuvo una ruta complicada hasta lograr la regularidad en la portería de La Romareda. Antes de eso salió en dirección a Villareal, donde debutó en Primera división. Su primera campaña como principal portero del Real Zaragoza fue la 2001/02, en la que se consumó el descenso a Segunda. Por fortuna, un año más tarde logró el ascenso y en la última en la que tuvo protagonismo, además, alzó su segunda Copa del Rey. Las lesiones le impidieron continuar y acabó despidiéndose del fútbol de forma prematura.
Siempre tuvo clara que su vida seguiría ligada al deporte, esta vez en los banquillos y centrada en la formación. Así, tras algunas experiencias en clubes locales llegó al Real Zaragoza B de la mano de Emilio Larraz, cuya destitución le abrió la posibilidad de ser primer entrenador. Aquel equipo descendió a Tercera y tras dos intentos volvió a la categoría de bronce, donde ahora Láinez se ha despedido del filial. Entre medias, un ascenso, con Javi Suárez en el banquillo y con el exportero tratando de salvar al primer equipo. Porque durante doce jornadas aceptó el reto de dirigir al Real Zaragoza para evitar lo que pudo haber sido un dramático descenso.
Como ya le sucediera a su ahora sucesor, Javier Garcés, también César Láinez y el Real Zaragoza separan sus caminos. Lo hacen tras haberle sido ofrecido el puesto de técnico en el equipo juvenil, una opción desechada por el que fuera portero blanquillo, que ahora tiene que buscar un nuevo rumbo y asegurarse un buen futuro.