Los canteranos piden paso

Apenas ha comenzado la pretemporada para el Real Zaragoza, pero en la enfermería ya se acumulan algunos de los nombres que deberían ser fundamentales para el nuevo entrenador, Imanol Idiakez. Jugadores como Eguaras, Zapater, Papu o Lasure, a los que resulta complicado encontrar relevo, algo para lo que el técnico vasco ha tenido a bien tirar de canteranos.

Un grupo nutrido de jugadores del Deportivo Aragón, en su mayoría procedentes del juvenil que deslumbró la pasada campaña, y que forman parte de la generación más prometedora de la cantera blanquilla en los últimos tiempos. Una suposición que los jóvenes futbolistas parecen dispuestos a confirmar esta pretemporada, en la que el destino les ha otorgado la oportunidad de contar con un buen puñado de minutos a las órdenes de Idiakez.

Así se vio en el encuentro ante el Boltaña, un partido del que pocas conclusiones se pueden sacar, pero en el que quedan pinceladas de lo que puede llegar a ser. Brilló Baselga, que ofreció una lección de olfato goleador, hasta cuatro tantos, en los que primó la colocación, sabiendo estar siempre en el momento y el lugar adecuado. De Soro, una constante actividad en ataque y un auténtico golazo para abrir el marcador. Dos tantos también para Carlos Vicente, que dejó muestras de su velocidad y de paso de una notable efectividad goleadora. Menos oportunidad para brillar tuvieron los jugadores de posiciones más retrasadas. En el lateral derecho David Vicente, un puñal, constante quebradero de cabeza para la defensa rival; lo mismo que Nieto en la izquierda, una posición que le queda lejana en el tiempo, pero en la que el jugador zaragozano dejó buena muestra de lo que puede ofrecer. Por último, buen papel de Torras, convertido en dueño del centro del campo, mostrando su capacidad para distribuir el balón de lado a lado en busca siempre de la mejor opción. Y Clemente, escasamente exigido, y que también dejó muestras de su buena salida con el balón.

En resumen, apenas una pincelada de lo que se va a poder ver durante toda la pretemporada, el momento en el que los canteranos van a tener oportunidad de brillar gracias a las ausencias y que puede suponer el punto de inflexión para alguno de ellos. Visto lo visto, por ganas no será.