Las porterías vuelven a La Romareda

Comienza una nueva semana, siete días un tanto extraños para el aficionado del Real Zaragoza, que deberá esperar hasta el lunes siguiente para poder disfrutar nuevamente de ver a su equipo en el templo en el que se ha convertido La Romareda. Una espera difícilmente soportable, pero que supone un respiro para el nuevo césped del coliseo zaragozano.

Apenas minutos después del último partido, en el que el CD Lugo se llevó los tres puntos de la capital del Ebro, los operarios comenzaron a trabajar a contrarreloj para realizar el cambio de césped, no sólo con la mayor celeridad posible, sino también de la mejor manera, para que al llegar el siguiente partido, el del próximo lunes 8 de octubre, todo estuviera en condiciones para la práctica del fútbol.

Uno de los primeros actos que se vivieron con solemnidad sobre el ya viejo césped de La Romareda fue el de la retirada de las porterías. Ante la atenta mirada del director general del club, Luis Carlos Cuartero y del vicepresidente Fernando Saiz de Varanda, el estadio zaragozano se quedó vacío ante la ausencia de uno de sus elementos más característicos.

Listo para la vuelta del equipo

Apenas una semana después, la normalidad está más cerca de llegar a la casa de los zaragocistas. Durante estos días, desde el club blanquillo se ha acercado a través de redes sociales el día a día en los trabajos para el cambio del tapete de La Romareda. Un césped que a simple vista llama la atención por su magnífico estado, muy diferente al que presentaba su predecesor, especialmente en las últimas fechas. Y como inicio de la cuenta atrás para la vuelta del equipo a su campo, la presencia de las porterías, que vuelven a erigirse esperando silenciosamente a que el Real Zaragoza vuelva a casa y lo haga arropado por una afición entregada.