Una Copa con resaca asegurada

El Real Zaragoza vuelve a vivir el dilema habitual de las últimas temporadas en el que la Copa del Rey se ha convertido más en un estorbo que en la competición de éxito que ha sido durante la historia del club. Situación acrecentada ahora por el mal momento que vive el equipo y la plaga de lesiones que azota a los de Idiakez, que deberá reinventar el equipo para medirse al Cádiz.

En el momento actual del club aragonés resulta complicado saber qué es mejor para el equipo. Quizá una victoria podría ayudar a mejorar el ánimo de la plantilla y fuera elemento clave para retomar la senda de las victorias también en la competición liguera. Sin embargo, eso obligaría al equipo a disputar dos partidos más, algo que no parece demasiado oportuno a la vista de la escasez de efectivos con los que cuenta el técnico en estos momentos, especialmente en la parcela ofensiva.

La situación del Real Zaragoza es similar también a la que vive en estos momentos el equipo gaditano cuyo entrenador, Álvaro Cervera, se encuentra también en la cuerda floja tras sumar apenas siete puntos en las primeras nueve jornadas de LaLiga 1|2|3. En ambos casos se esperan muchos cambios en las respectivas alineaciones, ofreciendo la sensación de que quizá ninguno de los dos equipos tenga el deseo de pasar de ronda.

La responsabilidad en este caso caerá sobre los aragoneses, que además de jugar en casa tienen la obligación de rendir culto a una Copa que tantas alegrías le ha otorgado al club. Un torneo copero ahora inoportuno y de destino incierto en el que es difícil adivinar qué será lo mejor para el Real Zaragoza.