Obligados a hacer del cuadro una obra de arte

El Real Zaragoza visita el estadio de Gran Canaria en una nueva cita de LaLiga 1|2|3. El mismo estadio en el que hace apenas cuatro años rozó el ascenso y que en esta ocasión puede servirle para alejar de forma definitiva los fantasmas y comenzar a darle otro color a una temporada en la que se han vivido demasiadas dificultades.

Lograda la estabilidad con la llegada de Víctor Fernández al banquillo, el gran problema para el técnico aragonés son los abundantes problemas físicos con los que cuenta en su plantilla. A las bajas definitivas de jugadores importantes como Lasure, Ros, Papu o Guti se le suman los problemas físicos de otros, como Álvaro o Benito, que complican sobremanera la confección de un once de plenas garantías.

Pese a todo, no hay excusa. Los blanquillos siguen manteniendo la obligación de ganar cada uno de sus partidos para escapar de la zona baja y la visita al archipiélago canario es una magnífica ocasión. Enfrente estará la UD Las Palmas, a tiro de tres puntos y cuya trayectoria descendente es una obviedad. Pese al relevo en el banquillo –un exzaragocista por otro, Herrera por Jiménez– el equipo no ha notado mejoría, sumando apenas una victoria en las últimas doce jornadas, con ocho empates incluidos.

Un partido que supone el inicio de una nueva liga, una vez se cerró el mercado, con equipos, en algunos casos plenamente renovados. Para el Real Zaragoza, el momento de la esperanza, de tomare el ejemplo de la pasada campaña para iniciar la escalada hacia el objetivo marcado en el inicio de la temporada. Un camino que se inicia frente a Las Palmas en el más difícil todavía, con el equipo en cuadro pero con la necesidad de competir frente a una de las plantillas más completas de la competición.