El Real Zaragoza ha sufrido durante toda la presente temporada un auténtico dolor de cabeza en las áreas. En la propia, porque le ha resultado realmente difícil dejar su portería a cero, lo que ha provocado constantes cambios en defensa; en la del rival, porque no ha habido manera de alcanzar la eficacia necesaria para un equipo de la categoría del aragonés.
Ambos problemas parecían olvidados desde la llegada de Víctor Fernández al banquillo de La Romareda. El técnico zaragozano enlazó cinco de seis encuentros anotando dos goles, lo que le sirvió a los blanquillos para ganar tres encuentros, empatar otro y perder únicamente ante el Málaga. Además, también ha logrado cerrar su portería en dos de los partidos, ante Oviedo y Albacete.
Sin embargo, los problemas de cara a la portería rival han vuelto a reproducirse. De los últimos cuatro encuentros, el Real Zaragoza sólo ha sido capaz de marcar en dos y sólo en uno de ellos, frente al Lugo, se anotaron dos tantos. Es precisamente el último en el Anxo Carro, el primero de Guitián en su vuelta al equipo aragonés el precedente más cercano de gol anotado por el equipo zaragocista. De ello han pasado aproximadamente 200 minutos tras quedar en blanco frente a Albacete y Osasuna.
Así pues, de no lograr anotar frente al Almería, el Real Zaragoza igualaría la peor racha anotadora de la temporada, que llegó con Lucas Alcaraz en el banquillo, cuando se sumaron tres partidos consecutivos sin ver puerta, ante Alcorcón, Cádiz y Córdoba. Haciendo la suma, desde el tanto de Pombo al Mallorca hasta el siguiente, de Ros frente al Dépor, pasaron más de 300 minutos sin anotar. Una cifra que ahora tratará de evitar el equipo aragonés para no verse abocado a volver a mirar la parte baja de la clasificación.