Dos bofetadas del Almería rompen la ilusión zaragocista
No sale de pobre el Real Zaragoza. Más bien al contrario. Una doble bofetada del Almería le dejó grogui y con cero puntos. Tocará mirar la zona baja y olvidarse de los play off tras un partido marcado por los errores tanto en ataque como en defensa. Arriba, porque un equipo sin gol no puede aspirar a nada. Y el Zaragoza no lo tiene. Cuando pisa área rival se le nubla la vista, tiemblan las piernas y se le come la ansiedad. Así, los últimos metros se convierten en arenas movedizas por las que se pierde cualquier balón. Atrás, Cristian no puede frenar una sangría preocupante por muchos milagros que haga. El Almería se dedicó a defender bien atrás y salir a la contra aprovechando muy bien las dos que tuvo.
El partido siguió el guión de casi siempre. El Zaragoza empezó muy chisposo. La primera jugada llegó con una rápida conducción de James, que conectó con Soro para que buscara un pase de la muerte que no encontró rematador. En la siguiente jugada, minuto cuatro, Cristian le hizo su paradón de todos los días a Álvaro. Un caracoleo de James en la frontal acabó con un zurdazo de Soro que René desvió con apuros fue la siguiente gran acción del Zaragoza. Se entiende muy bien el africano con el ejeano. En el minuto once, Álvaro Vázquez entró con gracilidad al área para enchufar un disparo que se fue fuera por poco. Una vez más, el Real Zaragoza entraba enchufado al partido, tocando y gustándose.
El Almería también tenía mucho que decir. En medio de su gran momento de resultados, amenazaba la meta de Cristian. Sobre todo cuando Juan Carlos y Álvaro se encontraban. En una de esas, Álvaro se fue de Dorado dentro del área y puso en apuros a Cristian. Los dos equipos tenían ocasiones y el partido se iba abriendo como una sandía. Como una increíble de Alberto Soro: Vázquez conectó con él en el corazón del área pero el canterano no enganchó el balón para fusilar a René con todo a favor.
Ansiedad por marcar
En la última jugada antes del descanso, Ros le filtró un balón a un Álvaro Vázquez que quiso encontrar a Linares. Su balón se envenenó y René metió una mano salvadora, pues el balón se metía en la portería. Los blanquillos se iban al banquillo con el sabor a ceniza de quien ataca con el cuchillo en los dientes y no le hace daño al rival. Como contra el Albacete, la posesión y el torrente ofensivo eran zaragozanos. En concreto, once tiros que no habían servido para que René recogiera el balón de las redes.
Como acostumbra, el Zaragoza volvió del asueto buscando romper la meta andaluza. Aturullados, a los delanteros se les nublaba la vista cuando el balón les llegaba a las piernas. En los metros finales tenían un Triángulo de las Bermudas en el que se perdía cualquier balón mínimamemte prometedor. Lo que tampoco cambia son los espectáculos acrobáticos de Cristian. Y es que le sacó el balón de la tarde a un Álvaro que le remató en el área pequeña (en fuera de juego no pitado). El argentino se lanzó en plancha y estiró la mano izquierda a ras de suelo para evitar el 0-1.
El enésimo milagro rosarino no sirvió de nada. Tras un saque de falta en el lateral, el activo Álvaro se aprovechó de un rebote para marcar de cabeza a bocajarro. 0-1 y la historia de casi siempre: tocaba remontar. Tirados los locales en la lona, el partido se ponía peliagudo para desesperación de todo el mundo. Sólo el árbitro levantó de sus asientos a una afición que se fue calentando conforme pasaban los minutos, con faltas en contra demasiado leves y una amarilla que pudo haber sido roja a Iván Martos tras una entrada muy dura a Benito.
Álvaro Vázquez pone fin a su sequía... antes del drama
Linares y Pombo (que se marchó del campo haciendo un gesto feo) se marcharon por Marc Gual y Aguirre en el minuto 67. El Almería se colocó bien ordenado atrás, se dedicó a hacer faltas y salir a la contra. Al Zaragoza se le habían secado las ideas por momentos pero todo cambió en 76. Un gran balón de Soro en los tres cuartos de campo para Javi Ros acabó con Álvaro Vázquez fusilando a bocajarro a René. Gol y redención tras unas semanas muy difíciles. Tocaba ir a rebato y no tirar por la borda lo conseguido.
A diez minutos del final La Romareda clamó a gritos un penalti de Eteki a Marc Gual que el árbitro ignoró. El africano empujó levemente al catalán. A los dos minutos, llegó el drama. Córner a favor del Almería y testarazo de un Saveljich que entró con todo para poner el uno a dos. Verdasca, que le cubría, pudo hacer mucho más...
En los últimos minutos, los rojiblancos pudieron sentenciar ante un equipo aragonés totalmente grogui. Todo salió mal. No se llegó a puerta y Soro fue expulsado por un liviano manotazo a un rival que se pasó con el teatro. Cristian se lució un par de veces más y la afición se marchó compungida, consciente de que estos últimos meses tocará luchar por alejarse de la zona baja, es decir, por alcanzar la triste zona tranquila.