El Real Zaragoza viaja en el tiempo
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Tras la derrota en Granada son ya tres las que encadena de forma consecutiva el Real Zaragoza. Una racha insostenible que ha llevado a los de Víctor Fernández del sueño por luchar por la promoción a la cruda realidad de situarse apenas a cuatro puntos de la zona de descenso y con un compromiso importante por delante el próximo fin de semana, frente al Elche en La Romareda.
Una situación que quizá sirva para transportar a más de un aficionado del equipo aragonés en el tiempo. Un viaje no excesivamente ambicioso, apenas dos temporadas atrás. En aquella ocasión, como en esta, hasta tres entrenadores pasaron por el banquillo del Real Zaragoza y, como ahora, el abismo del descenso se mantuvo vivo prácticamente hasta el final.
No existen grandes diferencias entre aquella ocasión y esta. El inicio fue esperanzador en ambas con dos entrenadores de poca experiencia y gusto por el fútbol de toque como Milla e Idiakez. Ante la falta de resultados se buscó una alternativa opuesta, apostando por el carácter de hombres como Agné y Lucas Alcaraz. En ambas ocasiones, la solución final ha pasado por un hombre de la casa, entonces fue Láinez y en esta ocasión Víctor Fernández.
Espera ahora el Elche, precisamente el equipo que vio el debut del exguardameta zaragozano en el primer equipo del Real Zaragoza. Aquel estreno se saldó con un 0-3 que le dio la vida a los aragoneses de cara al final de la liga, y tras encadenar cinco encuentros consecutivos sin perder, volvieron a las andadas en los últimos encuentros, sin victorias en las siete jornadas finales. Algo similar a lo ocurrido con Víctor, cuya efervescencia inicial parece haberse desvanecido, con el matiz, eso sí, de haberse enfrentado a algunos de los mejores equipos de la competición.
Espera ahora el Elche, con el reloj en la mano para asegurarse de que no hemos vuelto a 2017. Y aguarda La Romareda, expectante, con el deseo de ver al fin una victoria de su equipo que suponga un suspiro de alivio y sirva, de una vez por todas, para alzar el vuelo, aunque sea, hacia la tranquilidad de la zona media en esta temporada nefasta.