Manuel, el discreto ‘hombre milagro’ del Extremadura

Pocos podían pensar semanas atrás que el Extremadura tuviera opciones de salvar la categoría. No sólo eso, sino que a falta de cinco partidos, los de Almendralejo han logrado alejarse de la zona roja y rozan ya la permanencia tras una racha de cinco partidos consecutivos ganando. Un milagro que tiene un nombre propio: Manuel.

La llegada del Extremadura al fútbol profesional no ha sido un camino de rosas. Desde el inicio, el conjunto extremeño se vio abocado a la zona baja de la clasificación, lo que supuso la salida de Sabas, el hombre que había conseguido el ascenso. Pese a un buen inicio, Rodri, que fuera ayudante de Agné en el Real Zaragoza, tampoco logró sacar al equipo del atolladero, saliendo del equipo tras 13 partidos. Previo paso de Eduard Vílchez por el banquillo un partido, los azulgrana apostaron por Manuel.

No era una apuesta cualquiera. Manuel Alfredo Mosquera Bastida era un viejo conocido en la localidad extremeña. Durante su época como jugador, forjó buena parte de su carrera deportiva en antiguo CF Extremadura. Tras dar sus primeros pasos en el fútbol de élite en el Deportivo de La Coruña a las órdenes de Arsenio Iglesias recaló en el Extremadura. En cinco temporadas pasó de 2ªB a Primera, pupilo entonces de Ortuondo. Tras dos campañas en el Compostela de Fernando Vázquez en la máxima categoría, vuelta al conjunto extremeño para encadenar otras ocho campañas hasta desandar el camino realizado en su primera etapa, pasando de Primera a 2ªB.

Tampoco su currículum como entrenador suponía una garantía. Apenas un paso por el Cerceda en Tercera división y por el Fabril, filial del Dépor, en 2ªB. Pero para Manuel, no hay secretos. Según indicaba en una entrevista reciente en el diario Marca, “No hay varitas, existe mucho trabajo, mucho convencimiento, mucha creencia y mucha fe”. En vista de los resultados, una fórmula que funciona.