Víctor Fernández, el diagnosticador de una autodestrucción sin remedio
Carlos Alberto Fernández,A Coruña, 6 dic (EFE).- Hace exactamente cinco años, después de una derrota ante el Málaga, con el deportivismo dividido entre 'lendoiristas' y 'tinistas' y de luto por el fallecimiento de un hincha en una reyerta en Madrid Río, el entonces entrenador blanquiazul, Víctor Fernández, que regresa el domingo a Riazor, diagnosticó una "autodestrucción" que sigue sin remedio.,El técnico aragonés, ahora a los mandos del Zaragoza, regresa al estadio Abanca-Riazor por primera vez
Carlos Alberto Fernández
A Coruña, 6 dic .- Hace exactamente cinco años, después de una derrota ante el Málaga, con el deportivismo dividido entre 'lendoiristas' y 'tinistas' y de luto por el fallecimiento de un hincha en una reyerta en Madrid Río, el entonces entrenador blanquiazul, Víctor Fernández, que regresa el domingo a Riazor, diagnosticó una "autodestrucción" que sigue sin remedio.
El técnico aragonés, ahora a los mandos del Zaragoza, regresa al estadio Abanca-Riazor por primera vez desde aquella temporada 2014/15 en la que había suplido días antes de la pretemporada a Fernando Vázquez y en la que fue destituido en la jornada 30.
A medio camino entre su incorporación y su despido, Fernández percibió que el Deportivo, entonces en Primera División tras su segundo descenso de la década, estaba ya inmerso en una espiral de destrucción, en los puestos de descenso a Segunda y con una crisis social alarmante.
El deportivismo estaba dividido a raíz de las medidas del Consejo de Administración contra el grupo Riazor Blues tras la muerte de Jimmy en una pelea entre los ultras del Deportivo y el Atlético de Madrid.
El fondo de los Blues fue cubierto aquellos días con una lona contra la violencia, los aficionados de esa zona fueron reubicados en el estadio y se escucharon en numerosas ocasiones cánticos que pedían la dimisión del presidente, Tino Fernández, y, en paralelo, silbidos de otros seguidores que discrepaban con ese sector.
En el césped, el Deportivo encadenó su sexto encuentro consecutivo sin ganar, la segunda derrota seguida, y, después de catorce partidos, era el penúltimo clasificado, con diez puntos en su haber y solo dos victorias, una de ellas en Riazor.
Tino Fernández, que había arrasado en la asamblea de accionistas de noviembre con más del 95 % del apoyo de los socios que acudieron a la cita (el 33 % del accionariado, 3.474 personas), no tenía (y nunca tuvo) el mismo respaldo en la grada de Riazor.
Llevaba al frente de la junta directiva desde el 21 de enero y afrontaba su peor momento desde que había sucedido en el cargo a Augusto César Lendoiro, presidente desde 1988.
Desde el inicio del proceso electoral que le llevó a la presidencia, el deportivismo empezó a partirse entre 'tinistas' y 'lendoiristas', una división que, cinco años después, y ya con Paco Zas en la presidencia (con el apoyo del propio Tino), sigue latente.
En aquel momento, Víctor Fernández detectó "un ambiente de destrucción como nunca había visto en ningún club", que no sabía "adónde" iba a "llevar" al equipo, pero ya auguraba que "a nada positivo", un "ambiente absolutamente contaminado" que generaba una situación "fuera de control".
"Me parece que llevamos un camino de autodestrucción absolutamente imparable", insistió aquella noche de diciembre el 'doctor' Fernández, que detectó el problema, pero no dio con el remedio y fue destituido cuando quedaban ocho jornadas para el final de la temporada.
El Deportivo sobrevivió a aquellos duros días, se quedó en Primera División otras tres campañas, pero en 2018 volvió a caer a Segunda, donde sigue, y este año Tino Fernández, que había revalidado su mandato, presentó la dimisión y apoyó a Zas en las elecciones a sustituirle.
Por ese movimiento, una parte del deportivismo, especialmente el sector de Riazor Blues, sigue viendo detrás de Zas la mano de Tino Fernández, que controla un importante número de acciones en una sociedad con el capital muy dividido.
Víctor Fernández, que no se sienta en el banquillo visitante de Riazor desde diciembre de 2007, se encontrará el domingo un escenario que todavía acusa aquellos problemas que detectó en 2014, ahora con el Deportivo en la última plaza de la categoría de plata y sin haber logrado encontrar el remedio a su crisis interna.
(Recursos de archivo en www.lafototeca.com: 7337414 y otras)