La defensa, un problema inesperado

Con el regreso de las vacaciones, el Real Zaragoza se ha encontrado con un primer gran contratiempo en la planificación de la próxima temporada. Los problemas de rodilla de Carlos Vigaray, que se convierte en el primer damnificado del curso, ya que deberá someterse a una artroscopia diagnóstica en su rodilla derecha.

Un problema que no ha cogido de nuevas a los servicios médicos del club aragonés, pues se trata de molestias que el jugador arrastra desde la temporada pasada. Sin embargo, para el director deportivo Miguel Torrecilla, supone un elemento más a añadir a los problemas a los que se enfrenta en estas semanas.

Y es que el Real Zaragoza se encuentra en un momento de parálisis a la espera de que cristalice de forma definitiva el cambio accionarial, que en palabras del consejero Sainz de Varanda, "vamos a intentar que en los próximos días y en las próximas horas se cierre el proceso y sea lo más satisfactorio posible para el Real Zaragoza". Una situación que ha impedido, hasta el momento la incorporación de nuevos jugadores a la disciplina blanquilla.

En principio, la línea defensiva era, posiblemente, la menor de las preocupaciones de Torrecilla. Tras mostrar solvencia el curso pasado y con un buen número de jugadores con contrato, todo hacía indicar que apenas se necesitaban los últimos retoques. Sin embargo, la dificultad para definir la situación de Mathieu Peybernes, con contrato en el Almería, y la obligada incorporación de un lateral que cubra la baja de Vigaray, ha cambiado la perspectiva.

Por otra parte, y desde un ángulo positivo, el Real Zaragoza cuenta con un lateral izquierdo bien cubierto, con Nieto y Chavarría, así como con jugadores polivalentes como Clemente y Francés, que bien pueden adaptarse tanto al centro de la defensa como a los laterales, condicionados, eso sí, al número de efectivos con los que se pueda contar, que estos momentos apenas puede completarse con la presencia de los canteranos Javi Hernández y Ángel López.