Desesperación en La Romareda. El Real Zaragoza ha vuelto a empatar, por cuarta vez consecutiva, y el conjunto de JIM no ha sido capaz de perforar la portería de Femenías y todavía no sabe lo que es ganar en su estadio. El cuadro zaragocista ha realizado un buen partido, en líneas generales, pero no ha creado las ocasiones de peligro suficientes como para llevarse los tres puntos.
Ambiente de gala en La Romareda con una gran entrada para ver la primera victoria de los de JIM. Para ello, el técnico alicantino metía una modificación en el esquema táctico así como varios cambios que sorprendían a todos. Juan Ignacio introducía un 4-2-3-1 con Valentín Vada de mediapunta, el sacrificado era Francho. En banda derecha entraba Bermejo y Nano Mesa caería al costado izquierdo.
Comenzaría el encuentro con mucho respeto entre ambos conjuntos, tanto Real Zaragoza y Oviedo se median en los primeros minutos y poco pasaría, exceptuando algún que otro tiro aislado. El Zaragoza, por su parte, buscaba mediante Iñigo Eguaras salir jugando desde atrás. Pero el Oviedo de Ziganda no ponía las cosas a los zaragocistas con una presión en bloque alto.
La posesión del esférico era de tinte blanquiazul, pero no era suficiente para que los locales dominaran el encuentro. Vada, uno de los más activos de la primera mitad, aparecía entre líneas y tras una falta botada en corto, el argentino no se lo pensaba y se sacaba un latigazo tremendo que se marchaba rozando la red lateral de Femenías.
El cuadro blanquillo lo intentaba, pero sin demasiado acierto, por lo que el Oviedo se mantenía agazapado a expensas de cualquier error en la salida de balón para robar rápido y hacerle daño a los de JIM. El encuentro entraba en una fase más calmada, donde ambos equipos se intercambian la posesión y las faltas se sucedían.
Milla Alvendiz sacaría la primera cartulina del encuentro, en este caso, para Iñigo Eguaras por una entrada a Jimmy en una pérdida de balón. Por su parte, el Oviedo seguía acechando la meta de Cristian y en una buena jugada individual de Borja Sánchez, el mejor de los carbayones, dispararía pero por encima del larguero de Cristian.
A partir de la media hora de juego, el fútbol de los zaragocistas comenzaba a carburar y en una buena jugada colectiva de los de JIM llegaría la ocasión más peligrosa de la primera mitad. Gámez ponía un centro raso potente para Vada, pero el argentino se encontraba en fuera de juego, además de que no era capaz de controlar y perforar la meta de Femenías.
Otra más para los aragoneses, esta vez era Bermejo el que probaba fortuna desde fuera del área con un disparo flojito, pero potente que obligaba a intervenir al guardameta ovetense. El colegiado del encuentro castigaría a Dani Calvo, que golpeaba por detrás a Azón.
JIM introducía un doble cambio para empezar la segunda mitad. Debutaba César Yanis con la elástica blanquilla, que sustituía a Nano Mesa, y Zapater dejaba su lugar para dar entrada a Francho. El conjunto de JIM comenzaba muy enchufado la segunda mitad. Tanto es así, que Bermejo provocaría una buena falta que acabaría en cartulina amarilla para Mossa.
Bermejo probaba, de nuevo, fortuna con un disparo con rosca, que tocaba con la puntera Yanis, pero el balón se desvíaba de los tres palos de Femenías. Tiempo de cambios se retiraba Azón y entraba en su lugar Juanjo Narváez. Por su parte, Ziganda también metía cambios. Entraba, entre aplausos y pitos, un viejo conocido de la afición zaragocista: Jorge Pombo.
Corría el minuto 75 y llegaría otra ocasión clara para los aragoneses en una segunda mitad de dominio blanquiazul. De nuevo, en un gran centro de Narváez le caía el esférico a los pies de Vada en la frontal y no era capaz de armar el disparo. JIM continuaba agitando la coctelera e introducía un cuarto cambio: entraba Álvaro Giménez y se retiraba Vada.
La Romareda se volcaba con su equipo y los de JIM achuchaban y mucho al conjunto de Ziganda, que se defendía de las acometidas zaragocistas. El encuentro llegaba a sus minutos finales y comenzaba a caldearse el ambiente. En un roce entre Narváez y David Costas terminaba en un pequeño rifirrafe y cartulina amarilla para ambos futbolistas. JIM metía el quinto cambio entraba Adrián González por Bermejo.
El colegiado del encuentro añadiría cuatro minutos más, pero nada más ocurriría en La Romareda y ambos conjuntos firmaban unas tablas, que de poco servían a los de Juan Ignacio.
El guión de cada partido es el mismo: cierta efectividad en el manejo del balón, en general más posesión que los rivales, pero ineficacia total ante el arco. Hoy, al menos, se han ahorrado la habitual pifia en defensa. Veintitantos mil socios (hoy no se quejarán de apoyo en el municipal), un montón de seguidores por toda la región...Todos esperando que nos den algo ¡Algo! Y no nos dan nada ¡Nada! La gente tiene unas ganas locas de emoción, de fútbol, de goles, y nos están matando. Al final la afición terminará por darle la espalda al equipo. Los que hemos conocido las épocas gloriosas del Real Zaragoza, podemos gritarlo a pleno pulmón: ¡Esto no hay quien lo aguante!