Oportunidad de oro para comenzar a cimentar un fortín en La Romareda

El empate que dejó sabor a derrota en Ibiza ya es pasado. Desde este miércoles, el Real Zaragoza comenzará a mirar a su siguiente objetivo. Justamente es en casa, en La Romareda, donde el cuadro dirigido por Juan Ignacio Martínez debe comenzar a hacerse fuertes para escapar de la quema de abajo.

El sábado llega a La Romareda un Málaga que no está viviendo una temporada de ensueño, ni mucho menos. Con tan solo dos puntos más que los blanquillos, los andaluces son un rival, a priori, propicio para sumar de tres y volver a ganar, algo que no hacen los aragoneses -en liga- desde el seis de diciembre ante el Eibar, justamente como local.

Los números del Málaga

¿Y por qué es a priori propicio? El conjunto ahora dirigido por el exzaragocista Natxo González no llega en su mejor momento. En los últimos dos encuentros no ha marcado y ha encajado ocho goles. Por lo tanto tampoco ha sumado. Unos números que le dejan ya como el segundo equipo que más goles recibe (38) de la categoría, solo por detrás del Alcorcón (47), colista destacado.

A esa estadística hay que sumarle que el Málaga no está terminando de funcionar lejos de La Rosaleda. En 12 choques lejos de su casa, los andaluces han sacado únicamente siete puntos, han marcado nueve y ha encajado 24. Unos números que le colocan como el segundo peor visitante de la categoría, solo por detrás, otra vez, del Alcorcón.

La importancia de La Romareda para el Real Zaragoza

En una competición como la Segunda División, acumular victorias en casa e ir sumando fuera es clave. Se ha visto en los últimos años con equipos que han acabado peleando en la zona alta. Ese era el objetivo al inicio de curso para el Real Zaragoza, sin embargo la realidad es bien distinta.

El equipo zaragocista es el tercer peor local de Segunda División. De 12 partidos ha sacado 13 puntos. Solo ha ganado dos partidos, ante Sporting y Eibar, ha empatado siete y ha perdido tres. Este sábado, el Real Zaragoza está obligado a dar un golpe sobre la mesa, aprovechando la dinámica del rival, y comenzar a sumar de tres ante su afición.