Una final por la tranquilidad

Lejos de arrimarse a la pomada, el Real Zaragoza llega a Leganés en un encuentro que se parece más a una final por evitar el descenso. Un calificativo del que han buscado huir algunos de los protagonistas, pues todavía mucho por jugar, así que bien podría considerarse como una final por la tranquilidad.

Parece que, hasta el momento, los protagonistas del equipo aragonés no ven el abismo como una posibilidad real, sin embargo, el averno sigue ahí, apenas a un paso y a cinco puntos, una renta escasa que puede jugar en contra de los blanquillos. Por eso, a Butarque hay que ir a ganar y a olvidar todo lo sucedido durante las últimas semanas, que en nada favorece al ambiente creado alrededor de la venta del club.

Una oportunidad para que Juan Ignacio Martínez trate de solventar los problemas que le acucian durante las últimas jornadas, con errores puntuales que cuestan puntos y que alejan a este Real Zaragoza del que logró salvar de la quema la temporada pasada.

De cara al encuentro, JIM contará con dos bajas notables, la de Alberto Zapater, con una lesión de rodilla y la de Sabin Merino, presa de la cláusula del miedo. A ellos se añaden las dudas de Bermejo y Francho, con altibajos durante la semana y cuya presencia, al menos en el once, no se puede asegurar.

En el lado rival estará el Leganés, un equipo formado para ascender que lucha ahora por evitar el descenso, pero que en partidos de estas características puede hacer valer su calidad. Eso o sentirse atenazado por los problemas que le han acuciado durante toda la temporada. A su favor, un buen rendimiento como local, haciendo de Butarque un lugar seguro, sin ganar en exceso pero donde no pierde desde octubre. Nafti tendrá también un buen número de bajas y dudas. En el primer grupo se sitúan Perea, Bruno y Villar, mientras que en el segundo se encuentran Gaku y Bárcenas.

Ingredientes de sobra para dotar de interés a un encuentro que bien puede marcar el futuro de uno y otro contendiente en LaLiga SmartBank y en el que ambos conjuntos ponen en juego algo más que los tres puntos.