Ander Herrera: el sentimiento zaragocista nunca se olvida
De Zaragoza a Bilbao, de Bilbao a Manchester y de Manchester a París. Este ha sido el camino que ha recorrido Ander Herrera como deportista profesional hasta el momento. Todos los equipos en los que ha jugado, se ha llevado una experiencia única y un gran cariño por parte de sus aficionados. Sin embargo, al igual que le pasaba a Víctor Fernández con su famosa frase: "me puede el corazón"; a Herrera le sucede algo similar, ambos aman al Real Zaragoza.
El centrocampista nació en Vigo pero a los cuatros años se trasladó a Zaragoza y ahí creció y se formó como jugador. Sus 18 años en la capital del Ebro no han pasado por desapercibido y nunca ha ocultado su amor hacia el Real Zaragoza y la ciudad. Siempre ha estado implicado en acciones sociales con los zaragozanos, ya lo vimos durante el confinamiento y recientemente con las ayudas en la guerra de Ucrania.
También a través de sus redes sociales. Animando al equipo o rememorando fechas importantes para el club. El 10 de mayo de 1995 es una fecha que ningún zaragocista va a olvidar. Y Ander Herrera no iba a ser menos. Por ello ha compartido en su red social de Instagram una imagen de aquel equipo que tocó el cielo en París. Casualmente, en el estadio en el que juega todos sus partidos como local en el Paris Saint Germain, en el Parque de los Príncipes.
El éxito de La Recopa: de París al cielo
El fútbol moderno es muy diferente al de aquella época, hay trofeos nuevos y otros que han desaparecido y que quizás no todos recuerden, como es el caso de La Recopa. Este torneo lo jugaban los campeones de la Copa, conocida en España como Copa del Rey, de cada país europeo. El Real Zaragoza obtuvo su participación tras vencer al Celta de Vigo en los penaltis en la Copa de 1994.
El equipo aragonés logró llegar a la final en el estadio Parc des Princes, en París, donde venció por 2-1 al Arsenal. Su camino hasta la final no fue fácil ya que previamente había vencido en rondas anteriores a equipos como: Gloria Bistrita (Rumanía), Tatran Presov (Eslovaquia), Feyenoord (Países Bajos) y Chelsea (Inglaterra).
El Zaragoza de los Poyet, Higuera, Aragón o Pardeza y entrenado por Víctor Fernández se plantó por primera vez en su historia en la final de la Recopa. La final comenzó con un primer tiempo de nerviosismo por parte de ambos equipos que jugaban muy seguros, hasta el inicio de la segunda parte, cuando Esnáider adelantó a los maños en el minuto 67 gracias a un trallazo con la izquierda que lograba perforar la portería de Seaman.
Poco después Hartson empató el choque tras una buena jugada de los ingleses. El partido se fue a la prórroga y cuando todo parecía que se iba a decidir en los penaltis… apareció el héroe de París, Nayim. Faltaban menos de treinta segundos, despeja Andrew Linigham un balón sacado en largo por Cedrún, el balón le cae a Nayim que está casi desde el medio del campo, ve al portero inglés adelantado, chuta y… ¡GOL!. Golazo del jugador del Zaragoza que servía para convertir al Real Zaragoza en campeón de la Recopa.
Una noche única para los zaragocistas. Sin embargo, 27 años después la situación es totalmente distinta. Rumbo a la décima temporada consecutiva en la Segunda División, sin jugar en Europa y sin el juego de aquel equipo temido por toda Europa. Sin duda, los tiempos cambian, pero el tiempo también nos devolverá a donde merecemos.