Un derbi con la pólvora mojada
Como ha expresado Víctor Fernández desde su llegada, la recta final de temporada no será nada fácil para el Real Zaragoza. El equipo sigue sin encontrar una regularidad en los resultados y los conjuntos de abajo están sumando y apretando la tabla clasificatoria. Es por ello que si el derbi siempre es un choque importante, este año se antoja más transcendental que nunca con una urgencia evidente por escapar definitivamente de la zona baja.
Ambos conjuntos llegan con dudas tras su último partido y con una necesidad imperiosa por sumar de tres en tres para certificar cuanto antes la permanencia. Tanto zaragocistas como oscenses han conseguido sacar la cabeza en las últimas jornadas pero no lo suficiente como para tener un final de campaña tranquilo y cada encuentro que afrontan es una final. A esta alarmante situación hay que sumarle la rivalidad de un derbi y la proximidad en la clasificación, lo que convierte el duelo en una auténtica batalla que puede dinamitar la temporada para alguno de los dos.
Sus temporadas guadan diferencias pero también ciertas similitudes. Uno de ellos, sin duda, ha sido la falta de gol. Esta faceta del juego ha sido uno de los déficits de ambos equipo y que en muchos momentos ha impedido obtener mejores resultados. Ni el equipo de Víctor Fernández ni tampoco el de Antonio Hidalgo promedian siquiera un gol por partido, dato que evidencia la dificultad de los unos y de los otros para ver portería con cierta regularidad. Por lo tanto, en este choque tan crucial está asegurada la lucha y el espectáculo pero no así los goles, aunque por la dinámica goleadora más reciente de ambos deberíamos ver alguno.