Jesús Vallejo quiso volver al Zaragoza, pero el club le cerró la puerta
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El sueño de Jesús Vallejo de volver a casa se desvaneció este verano antes siquiera de poder empezar. Tras acabar su contrato con el Real Madrid, el central aragonés movió cielo y tierra para regresar al Real Zaragoza, el club donde creció y del que fue capitán con solo 18 años. Sin embargo, ni el técnico ni la directiva quisieron escucharle.
El regreso imposible de Jesús Vallejo
La historia de Vallejo con el Zaragoza es la de un amor profundo y correspondido durante años. Nacido en la cantera blanquilla, el defensa fue un símbolo de compromiso y madurez precoz, hasta que su salto al Real Madrid en 2015 marcó el inicio de un recorrido irregular entre cesiones y segundas oportunidades.
Este verano, al quedar libre tras su paso por el club blanco, Vallejo quiso cerrar el círculo. Pidió una reunión formal para estudiar su vuelta, convencido de que podría aportar liderazgo y experiencia a un equipo necesitado de refuerzos defensivos. Pero no hubo respuesta. La negativa fue rotunda: ni reunión, ni conversación, ni interés. La puerta del Zaragoza se cerró sin siquiera abrirse.
Paradójicamente, unas semanas antes, el entonces técnico Gabi había declarado que “nadie quiere al Real Zaragoza a día de hoy. O va gente muy inexperta o que sienta al club o, si no, nadie va”. Una frase que el caso de Vallejo desmiente con contundencia. Porque cuando alguien que lo siente de verdad intentó volver, el club no quiso saber nada.
Un sentimiento que se repite
El caso de Vallejo no es aislado. Ander Herrera, otro zaragozano de corazón, vivió una situación parecida antes de marcharse a Boca Juniors. “Tengo el corazón roto por cosas que han pasado. El club no es la gente que está ahora. Es el escudo, la institución. Hay un problema muy grande de arraigo”, lamentó el centrocampista, apuntando a una desconexión entre la actual dirección y el sentimiento histórico que representa el Zaragoza para su afición.
Ambos casos ponen de relieve una herida abierta: la de una entidad que parece haber perdido su vínculo con quienes más la aman. Jugadores formados en su cantera, referentes de compromiso y sentimiento, que encuentran las puertas cerradas justo cuando más desean volver.