De la nevera a la vuelta de honor: Luis Enrique explota tras un año de éxitos
Luis Enrique vuelve a sonreír. El seleccionador español ha conseguido, junto a su equipo, certificar el pase a Catar 2022 este domingo en La Cartuja tras un encuentro en el que la tensión se mantuvo hasta los instantes finales, momento en el que Álvaro Morata, tras un increíble disparo de Dani Olmo, rompió el marcador: de la nevera a la vuelta de honor cantando.
Esta noche podrá dormir un poco mejor. Luis Enrique comentaba en la previa del encuentro que el día antes a cualquier partido dormía "como un niño chico", pero tras el mismo le costaba muchísimo hacerlo. Ahora tiene razones para conciliar el sueño.
Luis Enrique vivió el partido sentado en su nevera azul. Desde el pico del área técnica saltaba, indicaba, gritaba y, sobre todo en los últimos minutos, pedía a sus jugadores que no tuviesen miedo alguno, que empujasen y adelantaran líneas.
La realidad es que España firmó un partido mediocre, lleno de tensión, nervios y errores. Únicamente disparó a puerta en tres ocasiones (dos en la misma jugada) y su juego tampoco fue brillante. Pero como bien decía el técnico en rueda de prensa horas antes del partido, "el fútbol no entiende de justicias, entiende de un balón que entra más veces en una portería que en otra". Y eso ocurrió.
De la nevera a la vuelta de honor: cánticos y un éxito incontestable
Tras el pitido final, Luis Enrique explotó. La alegría ya no se podía ocultar y no reservó nada de energía. Pidió a sus jugadores que se acercasen, que diesen una vuelta de honor y agradeciesen el apoyo al público.
En ese momento, tal y como se puede ver en el vídeo superior de la noticia, Luis Enrique se liberó, empezó a cantar, saltar y gesticular con los brazos. Su alegría era inmensa.
El técnico ex del FC Barcelona cierra un año de éxito incontestable con la selección. Subcampeón en la Nations League (con toda la polémica recordada), semifinales de la EURO y clasificado para el Mundial de Catar como líder de grupo.
De los pitos y las dudas, a los aplausos y la admiración de Sevilla (y de toda España). Luis Enrique pasó de la nevera al césped y del verde a la vuelta de honor.
Satisfacción máxima.
