Medio siglo del partido olvidado en el que Kubala o Quini jugaron en tierra y Bernabéu acabó pidiendo perdón
-
Albert Esteller cuenta el partido más único y especial de la Selección Española
-
50 años del homenaje a Kubala donde Santiago Bernabéu pidió perdón
-
La Selección Española quiere pelear por su segunda Nations League y debe superar a Francia
La historia de la Selección Española de fútbol cuenta con innumerables partidos que quedarán siempre para el recuerdo de los millones de españoles apasionados de este deporte. Sin embargo, el paso de los años hace que los combinados nacionales más antiguos pierdan vigencia en la actualidad. Es por eso que Albert Esteller, originario de Sarral y apasionado del mundo de fútbol, le dedicó unos minutos a ElDesmarque para contar el que es para él, el partido más único y especial de la historia de la selección española.
El homenaje la Selección Española a Kubala que jamás se supo
“El 25 de julio de 1975, en un campo de tierra y en un pueblo de 1.500 habitantes de la provincia de Tarragona, jugó la selección española un partido homenaje a Ladislao Kubala, que entonces era entrenador... y también jugó. Y todo está documentado gracias a mí” relataba al inicio de la entrevista Albert. Un partido amistoso de un gran desconocimiento para el público general, solo recordado por los futbolistas que lo jugaron y los aficionados presentes de la pequeña localidad catalana.

Y es que, pese a que su último partido como profesional lo jugase 9 años antes, Kubala fue durante toda su vida un apasionado de la redonda y siempre se quedó con la espina de una despedida digna del país que le vio crecer como profesional. Tras seis años como seleccionador nacional, una gran amistad hizo que este partido tan especial se llevase a cabo.
“Había un vecino del pueblo que se llamaba Antón Miró Ricard que tenía relación con Kubala. Eran amigos íntimos. Se promovió la posibilidad de que la selección viniera aquí, con la sapiencia de que tenía una dificultad enorme. Y finalmente se produjo”. Siendo las imágenes tan inusuales y especiales, Albert contó como consiguió acceder a ellas y como fue el proceso de digitalización: “Comencé a buscar en los archivos del pueblo. Encontré diversos documentos e imágenes y como teníamos películas Super 8, realicé un escaneo fotograma a fotograma de esas películas.”
En el año 1975, la selección contaba con innumerables leyendas del nuestro fútbol que acudieron al partido, aunque también hubo grandes ausencias: “Teníamos a Iribar en la portería, estaba Migueli, teníamos a Quini que entonces estaba en el Sporting de Gijón, Miguel Ángel Villar el que fue presidente de la Federación Española de Fútbol, Javier Irureta del Athletic, a Juan Sol del Valencia, a Rexach, a Asensi.. todas las primeras espadas” relataba con orgullo Albert. “Pero del Real Madrid no hubo ninguna presencia, desgraciadamente”.

El perdón de Santiago Bernabéu
Ante la pregunta del porqué de esta ausencia, nuestro historiador daba una respuesta más que sensata y con Santiago Bernabéu como el principal responsable: “Cuando Santiago Bernabéu tuvo el conocimiento de este hecho, en un pueblo tan pequeño, en un campo de tierra... pensó que esto no se llevaría a cabo. Y cuando se dio cuenta de que esto sucedió, mando un telegrama disculpándose con Kubala explicándole estos argumentos”.
El partido se acabó celebrando ante la alegría de miles de aficionados que inundaron el campo al término del encuentro. Cientos de personas buscaron un recuerdo de sus ídolos en un partido que quedará para la historia. Después de 50 años de este encuentro, Albert lanzaba una propuesta a la Federación Española de Fútbol en busca de rememorar este partido y por una buena causa.

La lucha contra la enfermedad de Huntington
“Viendo estas efemérides y viendo que es un deporte de masas, se podría aprovechar para jugar un partido y dar visibilidad a la enfermedad de Huntington, que es la enfermedad por la que falleció mi madre. Es una enfermedad minoritaria que, para que la gente lo entienda, es como la suma de otras tres enfermedades: el Parkinson, el Alzheimer y la ELA. Tiene una esperanza de vida de 10 a 15 años a partir del diagnóstico y hereditaria en un 50% de los casos”.
En el caso de Albert, la suerte estuvo de su lado y pudo cumplir su sueño: “Una de mis ilusiones en la vida era ser padre y antes quise hacerme las pruebas porque condicionaría mi vida y las de mis futuros hijos. Y es por eso por lo que te puedo decir ahora que mi hija se llama María y mi hijo se llama Albert” mostraba orgulloso y emocionado nuestro protagonista.
No se sabe si este partido tendrá un aniversario a la altura de lo que se merece, lo que si está claro es que el esfuerzo de Albert Esteller en su lucha contra esta enfermedad rara y su amor por el fútbol nunca quedarán en el olvido.