De la carretera de Utrera al cielo
La victoria del Sevilla ante el Atlético de Madrid en la final de la Copa del Rey tiene multitud de matices, pero uno de los más destacados es la importancia de la cantera en la consecución del título. Los goles fueron de dos jugadores sevillistas de toda la vida, formados, criados y educados en los campos de la carretera de Utrera, Diego Capel y Jesús Navas. Surgieron además cuando más se les necesitaba, cuando la estrella Luis Fabiano faltaba, cuando el Atlético llegaba lanzado.
Y lo más importante es que se está convirtiendo en costumbre que los jugadores de la casa lleven a la gloria al Sevilla. Esta Copa es de Palop, es la del sombrero, pero también la de Jesús Navas, que ha completado un torneo espectacular, y también la de Capel, que ya marcó en el Camp Nou en lo que posteriormente sería la eliminación del Barça, y también la de Luna, un chaval que ha pasado de jugar en Segunda B a levantar un título en apenas dos semanas.
Continúan todos ellos la racha de canteranos que relanzó Rodri el pasado sábado en Almería, con su gol en el descuento que metió al Sevilla en la Liga de Campeones; y con el tanto de Perotti, que aunque formado en Argentina ha sido pulido en Nervión, la pasada temporada, que también llevó a la Champions a los sevillistas; y por supuesto, con el tanto de Antonio Puerta, el gol ante el Schalke que supuso el comienzo de todo. Un canterano que ayer recibió un espléndido homenaje de parte de los suyos, de los que se formaron en los mismos campos y vestuarios que él.