El Sevilla busca un final sin sobresaltos

Dirá lógicamente Gregorio Manzano lo que crea oportuno para animar a sus hombres de cara al partido de esta noche entre el Sevilla y el Villarreal, pedirá que no cunda el desánimo para que las espadas estén en todo lo alto y su equipo siga luchando por los más altos objetivos mientras las matemáticas lo permitan. Pero lo cierto es que en el ánimo del sevillista no es ilusión lo que asoma. El alma del sevillista mira ya más a la próxima temporada casi que a la presente, porque en la inminente actualidad no encuentra nada que le haga tilín, más bien al contrario.

La Liga de Campeones, tras la pifia del Sevilla y de Manzano en Getafe y el acierto del Villarreal el pasado Lunes Santo, es una quimera. Ahora toca cambiar el chip y centrarse en que lo malo no se convierta en pésimo. Toca centrarse en amarrar la clasificación para la Liga Europa y salvar la temporada con un objetivo digno y también histórico, que el Sevilla continental es ya una costumbre en este siglo XXI. Esa es su labor, señor Manzano, mantener vivo al equipo a pesar de que sus pretensiones se han rebajado y que su moral ha decaído. Y de eso dependerá el tono del equipo en el final de la temporada, que más pocas alegrías puede deparar ya y alguna pena puede aparecer si el conjunto nervionense no anda despierto.
 
El partido de este Domingo de Resurrección ante el Villarreal tiene esa función, no la de resucitar, sino de la mantener vivo al equipo y peleando por Europa, por la quinta posición si es posible. Y todo sin Kanouté, que sigue lesionado y sin el que el Sevilla no sabe ganar. Y sin Navas, y sin Medel... y sería demagógico aludir a la baja de Alexis, que no ha sido fijo para Manzano en las últimas semanas. Pero que conste, también es baja el malagueño, que apuntaba a titular.
La estadística dice que el Sevilla no gana sin Kanouté en la Liga, pero también que al Villarreal se le da mal Nervión (ocho derrotas en nueve visitas en la Liga). Ya cayó esta misma temporada en la Copa del Rey. Que siga el gafe y que el Sevilla apure sus últimos gramos de ilusión.