Europa contra la quema
Decir a estas alturas que el Sevilla juega en Almería una nueva final es una auténtica obviedad. Si no tan exigido como en la 38ª jornada de la temporada pasada, si que llega tremendamente obligado a ganar en aras de lograr la octava clasificación europea consecutiva a través de la Liga Europa… o algo más si el Villarreal se equivoca. Se trata de coger un colchón sobre el Español, que es octavo, y llegar a la última jornada en Cornellá sin tener que pelearlo en un mano a mano. Si de paso se evita la séptima posición y tener que jugar una previa, mejor.
Será un duelo con muchísimo morbo. Las dosis extra de profesionalidad mostradas por el conjunto almeriense el día de gol de Rodri se pueden volver en contra de un equipo que puede recibir el golpe de gracias a manos de un ‘hermano andaluz’. Los de Olabe están a punto de hundirse al pozo de la segunda aunque mantienen el discurso de la permanencia agarrándose a las matemáticas. Lo tendrán menos difícil pudiendo contar con Piatti y Ulloa, finalmente recuperados de las molestias que arrastraban a lo largo de la semana. El primero es el mejor de largo en su equipo y será el hombre a marcar por el Sevilla, que ya lo sufrió en la ida del Pizjuán.
En las huestes de Manzano se echarán de menos por cuarta semana consecutiva las carreras de Navas y el desequilibrio de Kanouté. Sin ellos, el equipo se resiente. Si además no pudiese jugar Perotti, que ha viajado entre algodones, las cosas estarían muy negras a priori. Manzano, que ya sabe que su futuro está lejos de Sevilla, se dejará de experimentos. El esquema de juego de Getafe no se volverá a repetir y como no le gusta arriesgar con canteranos, sólo contará con Rodri porque no tiene más remedio. Si acaso, Acosta podría tener su oportunidad a lo largo del partido.
