El Sevilla, a por el equilibrio que valide su buen arranque

Julien Escudé, el defensa más veterano y el que más años lleva en el Sevilla, habló esta semana de la que debe ser una de las claves del equipo. Vino a decir que Marcelino García Toral trabaja como nadie la parcela defensiva y que lo más importante ahora es encontrar un punto justo entre la seguridad en la zaga y la eficacia en la vanguardia. “Con Juande casi no entrenábamos la defensa, jugábamos instintivamente y ganábamos. Ahora, si recibimos muchos goles lo lógico es trabajar la línea defensiva”, afirmó.

Que el Sevilla ha mejorado en defensa es obvio. Y es obvio, más que nada, al amparo de los números, que no es poco. Ciertamente, es difícil empeorar los registros con que finalizó la temporada pasada: una media de más de 2 goles encajados por partido en el último cuarto de la Liga (contando los seis goles que recibió del Real Madrid en el Sánchez-Pizjuán). Hasta la fecha, después de seis jornadas disputadas, el conjunto de Marcelino ha encajado sólo tres goles; o sea, sale a medio gol en contra por duelo.
Sin embargo, si echamos la vista atrás encontramos que la última vez que el Sevilla encajó sólo tres goles en las seis primeras jornadas –es decir, en la temporada 2004-05– el equipo entonces entrenado por Joaquín Caparrós acabó con 41 goles en contra y peor clasificado (sexto) que en las siguientes siete campañas, hasta la actualidad. Por tanto, hechos como que Javi Varas sea el Zamora actual, que el equipo acumule cuatro encuentros sin encajar un gol o que siga imbatido en el Campeonato Nacional son grandes noticias, esperanzadoras, pero no dejan de ser datos circunstanciales a los que el equipo debe intentar dar un sentido eficiente con el paso de las semanas.
Otra coincidencia. Aquella temporada 2004-05 el Sevilla comenzó, curiosamente, también con seis goles a favor en las seis primeras jornadas. Pues bien, acabó registrando su segunda peor marca anotadora desde su regreso a la máxima categoría, con 44 tantos. Y parece que de nuevo es una asignatura pendiente. Son cifras, comparaciones –los blanquirrojos iniciaron estas cinco campañas anteriores marcando 10, 14, 12, 11 y 13 goles–, y la voz de la experiencia, en este caso Escudé, afirma que se están sentando las bases sobre las que ir mejorando la faceta ofensiva.
El francés conoce el secreto, guardar un cierto equilibrio. Pero avisa: “Es lo más difícil en el fútbol”.
Con la tercera mejor diferencia de goles de su historia (64-35, +29), el Sevilla fue tercero con Juande Ramos. Con Manolo Jiménez al mando, con otra más prudente (54-39, +15), alcanzó la misma recompensa.
 
Por Carlos Tur