Negredo al quite

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha sacado adelante, de forma relativamente cómoda, un encuentro ante el Celta que era vital para recuperar el optimismo y la confianza en la Liga tras la dolorosa derrota ante el Atlético de Madrid en la Copa. Lo ha hecho además goleando, con más efectividad que fútbol y con un decisivo Negredo, que completó por primera vez un triplete en su carrera. 

El equipo hispalense se engancha a la pelea por Europa en la competición doméstica y sigue cimentando su progresión en el Sánchez Pizjuán y en sus jugadores clave. En eso este Sevilla no engaña. Si saca adelante sus partidos es porque Negredo está acertado, como este lunes, porque Jesús Navas está entonado, como siempre, o porque Rakitic, Kondogbia, Medel, Beto... dan un plus del que se sirve el equipo para ganar. Porque es cierto que, con sus más y sus menos, con sus riesgos y seguridades, con sus experimentos y aciertos, este Sevilla de Emery gana más que pierde, y esa es una gran virtud. La gran virtud para un equipo inestable como este.

Y eso que el planteamiento del partido por ambos entrenadores fue realmente una moneda al aire. En el caso del Sevilla porque Emery se atrevió a colocar a Fernando Navarro como central y cambiar el dibujo de su equipo en ataque, con Manu como acompañante de Negredo y Rakitic por la izquierda. Era arriesgado, aunque teniendo en cuenta las actuaciones de Botía y Reyes ante el Atlético de Madrid era casi comprensible.
En el caso del Celta, el riesgo viene de serie, el de tener a Abel Resino como entrenador. El técnico del conjunto vigués se atrevió también a adelantar exageradamente su defensa y desproteger sus costados en exceso. Y Jesús Navas se lo hizo pagar con creces. El palaciego hizo lo que quiso y cuando quiso, y no era casualidad que los dos primeros goles llegaran por la banda derecha y con 'centro-chuts' del canterano.
El caso es que el encuentro, de salida, fue abierto, peligrosamente abierto para el equipo sevillista, que además no tuvo en Medel y Kondogbia a los depredadores de la medular de otras veces. El Celta tocó con comodidad y dio un par de sustos que Beto solventó con valentía y efectividad.
En todo caso, esa peligrosidad celtiña tenía una cara B, una cara que aprovechó el Sevilla y aprovechó Negredo, que curiosamente llegando en segunda línea puso franco el encuentro con dos goles en dos rechaces de su buen amigo Javi Varas, poco afortunado en su regreso al Sánchez Pizjuán. El madrileño estuvo certero y no perdonó.
El partido ya se encaminaba al descanso cuando el conjunto vigués castigó en parte el experimento defensivo de Emery, aunque en realidad cabría decir que castigó la laxitud de Fazio y Navarro a la hora de sacar la pelota.
El gol de Augusto metió algo de miedo en el cuerpo de los valientes aficionados sevillistas que acudieron en una noche desapacible al Sánchez Pizjuán. Porque los nervionenses seguían sin imponerse defensivamente ni en la medular ni en la zaga y Aspas aparecía de vez en cuando con cierto peligro.
Pero el Celta es inocente de serie y el Sevilla, al menos este lunes, implacable. Antes de que Medel se convirtiera de nuevo en goleador el conjunto hispalense ya había pisado área con peligro en algunas ocasiones, de nuevo por las bandas. Pero sí, fue el chileno el que de nuevo decantó la balanza y esta vez sí decidió el choque. Con la colaboración de Varas, todo hay que decirlo, pues el disparo lejano del sudamericano se lo tragó el canterano blanquirrojo.
A partir de ahí ya no hubo disputa. Hubo unos minutos de partido en los que el Sevilla hizo lo que quiso, en los que Negredo convirtió su tercer gol y por tanto su primer triplete de su carrera, y en los que hubo tiempo incluso para que Babá disputase minutos. Así estaba de decidido el choque.
La victoria abre la temporada para los sevillistas, que se colocan a tres puntos de un hipotético acceso a Europa por la octava plaza y a cinco del seguro de la séptima plaza, que ocupa precisamente el Betis.