Abierto por vacaciones

 

Jorge Liaño III

El Sevilla, un embrión de lo que, esperemos, sea el equipo que moldea Emery para cuando lleguen los partidos realmente complicados, ha puesto algo más de pie y medio en la siguiente eliminatoria previa de la Liga Europa.

Los de Emery, ante un rival voluntarioso pero extraordinariamente limitado en todos los aspectos, han estado atropellados, imprecisos y hasta nerviosos en los metros finales, si exceptuamos la clarividencia de Rakitic, el buen primer tiempo de Carlos Bacca o unos minutos aislados de Vitolo en el arranque de la segunda parte. Atrás, imprecisiones como siempre, a pesar del nivel del rival, y buenas ayudas de Carriço, el más destacado en tareas de recuperación.

De la primera parte, por rescatar algo, rescaten a Bacca, autor del único gol a pase de Rakitic y de las mejores acciones del partido. Porque antes y después del tanto, el Sevilla, enredado en medio del bosque de piernas en el que se convirtió el Mladost con sus seis defensas, se fue quedando sin ideas conforme se iba aburriendo de chocar una y otra vez contra ese muro. Muro que, por otra parte, no era tan sólido. Simplemente, faltaban formas y calidad para superarlo. Rakitic lo intentaba con sentido y Bacca, mostrando hechuras de futbolista de campanillas, era el más lúcido dando paredes al primer toque y habilitando a los jugadores de segunda línea para que llegasen a zona de remate. Ni Rabello, ni Vitolo, que las tuvieron, fueron capaces de aprovecharlo. Reyes se tuvo que marchar demasiado pronto y Jairo tampoco encontró la manera. Por mucho que lo hubiese intentado el Sevilla, el 1-0 no era del todo injusto al descanso. 
El segundo tiempo empezó aún peor pero conforme pasaban los minutos, el calor iba secando las ideas y, sobre todo, las piernas de los montenegrinos, que se convirtieron en un coladero. Pues ni por esas. El Sevilla hizo el 2-0 con un penalti transformado por Perotti, pero Vitolo, el propio Perotti, Bacca y Jairo más que nadie, fallaron lo que parecía imposible hasta que Carriço, a la salida de un córner botado por Rakitic, hacía el 3-0 de la tranquilidad definitiva en el descuento. Con eso irá el Sevilla al partido de vuelta. Mucho más de lo que pareció por momentos. 
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