Beto, Casilla, Pau, Rico y un hito poco honroso
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El partido de este domingo entre el Sevilla y el Espanyol dejó una curiosidad histórica en cuanto a la portería. En primer lugar, porque ambos entrenadores tuvieron que hacer uso de sus dos porteros, aunque por diferentes motivos. Pero, sobre todo, porque se dio la circunstancia de que los cuatro arqueros recibieron un gol al menos, estableciendo un récord sin precedentes en la Liga.
Corría el minuto 15 cuando Beto cometía penalti sobre Salva Sevilla, en una jugada en la que ciertamente debió ser expulsado, más por la entrada que por hacer falta sobre el último hombre. El portugués adivinó la intención de Stuani, aunque no llegó a detener el lanzamiento.
Poco después, Kiko Casilla no podía hacer nada ante el soberbio golazo de Diogo Figueras desde casi 40 metros. El meta catalán veía la roja directa por detener con la mano y fuera del área un tiro de Iago Aspas en vaselina. El arquero espanyolista enfiló el camino de los vestuarios incluso antes de que González González le mostrara la roja.
Así, Pau López entraba al campo en sustitución de Salva Sevilla. El portero no pudo evitar el tanto in extremis de Iago Aspas, en un disparo cruzado y muy ajustado del delantero gallego. Antes, Sergio Rico tuvo que entrar por un lesionado Beto en el descanso. El canterano sevillista vio como el Espanyol, con un hombre menos, empataba con el golazo de Víctor Sánchez.