La conexión de los 100 millones de euros

El Sevilla de la última década se ha caracterizado por vender caro y comprar barato. Una política basada en la famosa frase “vender para crecer” y que en las últimas temporadas ha vuelto a demostrar que funciona. Aunque para ello, lógicamente, resulta imprescindible la figura de un director deportivo como Monchi. Así, si hay un equipo que se está aprovechando de captar a los jugadores que explotan en Nervión, ése es sin duda el Barcelona. Una relación que le ha llevado al Sevilla a ingresar más de 100 millones de euros.

El primero en abandonar el Sánchez-Pizjuán rumbo al Camp Nou fue Daniel Alves. El brasileño llegó del Bahía en 2003 por una cantidad irrisoria, 1,5 millones, sobre todo si se compara con el valor de su venta al Barcelona. Cinco años después, con cinco títulos a sus espaldas y convertido en el mejor lateral diestro del mundo, Alves fichaba por el conjunto azulgrana por una cantidad que, entre fijos y variables, llegó a los 38 millones de euros. Hay quien piensa que al Barcelona le salió barato.
Ese mismo verano de 2008, Keita ponía también rumbo a Cataluña, después de su única temporada en el Sevilla. En 2007, el Sevilla se hacía con los servicios del centrocampista africano por 4,4 millones de euros, procedente del Lens. Un año más tarde, el Barcelona abonó su cláusula de rescisión (14 millones), siendo durante varias temporadas una pieza clave en el esquena de Pep Guardiola.
Adriano Correia fue el siguiente en pasar de los colores blanquirrojos al azulgrana. En el mercado de invierno de la temporada 2004-05, el Sevilla lo fichaba del Coritiba por 2,4 millones de euros. En principio, llegó para jugar como extremo zurdo, donde explotó como sevillista, aunque su destreza con ambas piernas le permitió jugar en la derecha, además de alternar el puesto de lateral con el de extremo. En el verano de 2010, tras conquistar su segunda Copa del Rey, se fue al Barcelona por 9,5 millones de euros, más otros cuatro por incentivos.
Una de las salidas que más ha dolido al sevillismo en los últimos años es la de Ivan Rakitic. El croata llegó procedente del Schalke por apenas 1,5 millones de euros en enero de 2011. En su cuarta temporada, el centrocampista se convirtió en el buque insignia y jugador franquicia de un equipo al que se le habían marchado Navas y Negredo, entre otros. El croata ejerció como líder y capitán de un equipo que acabó levantando la tercera Liga Europa que luce en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán. Después de no renovar un contrato al que le restaba sólo una temporada, Rakitic se fue al Barcelona por 22 millones de euros.
El último y más fresco de los casos es el de Aleix Vidal. Monchi lo rescató del Almería por unos 3,3 millones de euros para reforzar el extremo diestro. Tras unos notables primeros meses en Nervión, el catalán realizó un final de temporada para enmarcar, con la guinda de su espectacular partido en la ida de las semifinales ante la Fiorentina, doblete incluido, jugando como lateral diestro. Y es que Unai Emery vio en el extremo a un proyecto más que interesante de carrilero que ha encandilado al Barcelona para pagar 23 millones de euros.
En total, 110,5 millones de euros ha ingresado el Sevilla en estos últimos años a través de los traspasos con el Barcelona, lo que dejaría una plusvalía de 93 millones si se le resta lo que el club de Nervión invirtió en esos futbolistas.