El argumento de LaLiga Santander que libró al Bernabéu no sirve para Nervión

En el Sevilla FC se olían lo que ha sucedido con respecto a los insultos contra Vitolo que tuvieron lugar hace ya más de una semana, en el encuentro en el que la UD Las Palmas visitó el Sánchez-Pizjuán.

Este jueves, LaLiga Santander denunció los cánticos contra él que se produjeron en el calentamiento, más de media hora antes del inicio del encuentro, lo que no hace sino aumentar la indignación del sevillismo, ya que en ese momento eran muy pocas las butacas del estadio nervionense que estaban ocupadas.
Lo que más molesta en la afición es la sensación de que estas sanciones no se aplican a todos por igual, y ha saltado a sus recuerdos lo sucedido el pasado mes de enero en el Santiago Bernabéu.
Aquel día, en la ida de la eliminatoria de la Copa del Rey que enfrentó al Real Madrid y al Sevilla, se denunciaron insultos de la hinchada merengue a través de las redes sociales, haciéndose eco incluso la Federación de Peñas Sevillistas San Fernando. Sin embargo, LaLiga Santander ni siquiera mencionó esa situación, que quedó en el limbo.
Posteriormente, el Sánchez-Pizjuán se echó encima de Sergio Ramos después de que desafiara a la grada de Gol Norte tras anotar un penalti a lo Panenka. Esos sucesos sí fueron denunciados, el Sevilla sancionado, y ElDesmarque se puso en contacto con LaLiga Santander para que explicara su diferencia de criterios.
“Los escritos de denuncia que LaLiga Santander envía al Comité de Competición de la RFEF y a la Comisión Antiviolencia necesitan estar acreditados con imágenes obtenidas por los informadores de LaLiga Santander. Estas imágenes no deben estar modificadas ni alteradas, ni recogidas por terceros, por lo que LaLiga Santander basa sus denuncias en los partidos completos de la señal oficial”, fue parte de su explicación.
Por ello, llama la atención sobremanera que lo sucedido en el calentamiento, algo que no entra dentro de lo que ellos definen como “partidos completos” ni “señal oficial”. Por tanto, crece la indignación en un sevillismo que entiende que está siendo usado como conejillo de indias, y más teniendo en cuenta lo sucedido con Vitolo, pues hasta el propio futbolista declaró que la que fuera su afición había tenido un comportamiento “de chapeau” pese a haber recibido numerosos pitos.