A ‘Montella nuevo’, victoria casi segura
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El partido de este miércoles entre el Cádiz CF y el Sevilla FC estará marcado por el debut de Vincenzo Montella como entrenador del equipo nervionense. El italiano inicia en el Ramón de Carranza y en la Copa del Rey su primera experiencia como técnico fuera de su país.
Será la sexta vez que el ‘aeroplanino’ debute como técnico en un equipo, y curiosamente por tercera vez lo hará en competición copera. El balance es bueno, ya que ha ganado cuatro veces y sólo ha caído en una ocasión.
Su primera experiencia como entrenador titular fue con la Roma, con la que debutó en la jornada 22 de la Serie A 2010/11. En aquel partido, los giollorossi vencieron en Bolonia por 0-1.
En agosto de ese mismo año comenzó su andadura oficial con el Catania. Fue en la tercera ronda de la Copa de Italia, en la que venció por 2-1 al Brescia. Su debut liguero fue ante el Siena, y empató sin goles.
En 2012 comenzó su andadura en la Fiorentina, club en el que ha conseguido sus mejores resultados. Su primer partido fue también en la Copa de Italia, venciendo por 2-0 al Novara. En su debut liguero también ganó, en este caso al Udinese y por 2-1.
La única vez que Montella ha perdido en su primer partido en un equipo fue en la temporada 2015/16, en la que se hizo cargo de la Sampdoria en la jornada 13 de la Serie A. En esa fecha se midió precisamente al Udinese, ante el que cayó por 1-0.
Su último debut hasta ahora fue con el Milan, en la jornada 1 de la Serie A de la temporada 2016/17. En aquel partido, los rossoneri vencieron por 3-2 al Torino. Ahora, en Cádiz, tendrá una nueva ocasión de debutar con victoria, esta vez en otro país.
Es vergonzoso qué, este presidente y director deportivo no aprenda de los fallos cometidos en el pasado. Se ha hecho muy bien con la destitución de Berizzo, pero yo hubiera dado un paso más y hubiera destituido también a Arias. No podemos estar a estas alturas sin recambio para afrontar la segunda parte de la liga, copa y champions; y mucho menos con la excusa que hay un nuevo entrenador y van a esperar a que decida cuáles son sus preferencias, máxime cuando ya hemos vivido este error, hemos visto como se ha traído jugadores de la preferencia de Berizzo, que han aportado poco y que han empobrecido el juego del Sevilla FC, y ahora ya hay un nuevo entrenador, ¿para qué ha servido contar con los gustos del anterior?. El Sevilla FC, ha de tener una referencia en su dirección deportiva, que es la que debe traer los jugadores acordes y de futuro para el club, luego buscar al entrenador que pueda manejar a esos jugadores. La dirección deportiva del Sevilla FC desde la marcha de Monchi, está huérfana de ideas y lo más importante carece de sentido y conocimientos de su labor en la gestión del club. No podemos esperar a que el entrenador decida, cuáles sí y cuáles no, y traer a éste o aquel, porque será tarde, ya se adelantan la competencia, aquellos que van por delante nuestra. No podemos esperar a que lleguen y tengan que adaptarse al sistema del entrenador, a la liga española… Deberían haber estado ya desde el mismo día que llegó el nuevo entrenador, porque así hubiéramos partido con la ventaja del tiempo y del conocimiento del equipo. Sigo pensando, cada día más que el presidente, así como su director deportivo le viene muy grande el papel que han tenido que asumir desde la marcha de Monchi, que no sólo era el director deportivo, era mucho más que eso: presidente, enlace con la plantilla, gestor económico, psicólogo deportivo, visionario del club… No se puede ni se debe seguir haciendo mal las cosas, tendrían que haber previsto que el partido que jugamos el próximo día 6 de enero no sólo se juegan los puntos, también los sentimientos, la moral del equipo y del nuevo entrenador, que puede comenzar con lastre su andadura en el club.
A este hombre habría que haberle tenido ya los nuevos fichajes, para que su trabajo fuera más rentable, que conociera y conjuntase al equipo desde que llegó y así no tener que hacer después ninguna modificación, y lo que es más importante que no pueda poner ninguna excusa por la mala planificación.