Los pies, a la tierra de la Liga

Desde el miércoles a las 23.30 horas, todo es satisfacción e incluso euforia en el Sevilla FC. Una final más, la decimoctava en 12 años no se merece otra cosa que no sea una celebración, pero la lógica alegría no puede tapar que el equipo necesita bajar a la tierra y volver a dar la cara en la Liga, el pan nuestro de cada día, la competición que realmente da de comer.

Y si se echa la vista atrás da mucho miedo. Tanto como que desde que comenzara diciembre el equipo nervionense sólo ha ganado un partido de los ocho que ha jugado en la competición doméstica. Ocho puntos de 24 disputados es una dinámica paupérrima para quien espera estar en la élite, luchando por el glamour de la Liga de Campeones.
Pero no sólo peligra la clasificación a la máxima competición continental, sino que ni siquiera hay colchón con los puestos que dan acceso a la Europa League. Tanto es así, que este domingo necesita ganar para no abandonar el sexto puesto, en el que provisionalmente se ha instalado el Éibar, e incluso una derrota ante el Girona le podría relegar al noveno puesto. Suena a años ya olvidados.
Para el encuentro matinal de este domingo Vincenzo Montella tiene una baja importantísima. Probablemente la más relevante que pueda tener. Ever Banega no estará por lesión y por sanción, y el Sevilla suele sufrir una barbaridad cuando el argentino no está en el césped, como demostró la pasada semana en Ipurua cuando no salió de inicio.
Como en Guipuzcoa, lo normal es que sea Roque Mesa el que le sustituya, pues para eso le han fichado. Allí no dio el nivel ni mucho menos, como el resto del equipo, pero ahora tendrá una opción única para reivindicarse de nuevo en España y, además, con el partido ante la UD Las Palmas en el horizonte.
La saturación de partidos invita a pensar en muchos cambios en el once, pero a Montella no le funcionó la pasada semana y además cuenta con la baza de que, por fin, no va a jugar entre semana como lleva haciendo desde que el italiano llegara a Nervión, por lo que ha avisado de que no serán demasiados los cambios. Teniendo en cuenta lo visto el miércoles, podrían descansar algunos como Sarabia y Muriel, que acabaron totalmente desfondados, mientras que otro de los que más corrieron, Franco Vázquez, no podrá ser reservado ante la necesidad de levantarse como un nuevo faro ante la ausencia de Banega. Layún podría tener una nueva opción con Navas como extremo, mientras que arriba Sandro parece haberle tomado la delantera a Ben Yedder en poco más de una semana en el equipo.
Y enfrente estará un buen ejemplo de esa clase media-baja de la Primera División tan pujante. Uno de esos equipos que nombre tras nombre no dice nada pero que conforman un conjunto con mayúsculas que, por ejemplo, ha hecho goles en 15 de sus últimos 16 partidos. Un Girona que, si gana, adelantará al Sevilla y que ya aventaja en 13 puntos a los equipos que están en puestos de descenso. Es un buen resumen de su gran temporada hasta el momento.
La única baja del equipo de Pablo Machín es la de su tocayo Maffeo, que no podrá jugar por sanción y dejará su puesto en el once a Aday Benítez. El que sí estará pese a las dudas que ha tenido durante la semana es Christian Stuani, el verdadero hombre gol de los gerundenses.
Así, el Sevilla buscará en esta mañana de domingo una victoria balsámica, volver a ganar en Liga en casa dos meses después, que vuelva a situarle en la pelea europea y que, de hecho, le acercaría al quinto puesto, lo mínimo que se despacha para un equipo del presupuesto que maneja el nervionense.