Las dos primeras lesiones óseas de Gonalons
El Sevilla FC recibió el pasado jueves una de las peores noticias de la temporada. Un día después de que Simon Kjaer dejara libre la enfermería, Maxime Gonalons sufría un golpe en un partidillo amistoso contra el filial y saltaron las alarmas.
Alarmas que se encendieron con motivos, ya que se había fracturado el maléolo tibial y este domingo tuvo que ser intervenido en Lyon. Tras la operación, se habla de más de tres meses de baja, que tienen que sumarse a los dos que ha estado en el dique seco tras romperse el peroné en el primer parón liguero. Entre ambas, y cuando parecía que iba a reaparecer ante el Akhisar en Turquía, un proceso febril retrasó su vuelta.
Así las cosas, da la sensación de que Gonalons tiene los huesos muy débiles, pues dos golpes en dos entrenamientos le han provocado dos fracturas desde que llegó al Sevilla. Sin embargo, son las dos primeras lesiones óseas de su carrera.
Para Gonalons no es lo habitual estar lesionado. O no lo era hasta que abandonó el club de su vida, el Olympique de Lyon, donde sus bajas por problemas físicos han sido mínimas en su carrera.
Apenas se reportan un par de ausencias mínimas en su larga etapa en el club francés, pero ya en la Roma el año pasado el centrocampista vivió su primera lesión de larga duración. Una rotura en el gemelo le mantuvo fuera de los terrenos de juego entre enero y marzo de este año, aunque a partir de ahí volvió a ser una opción recurrente para Di Francesco. En todo caso, era una lesión muscular.
Precisamente a Gonalons se le puede calificar incluso como un luchador. Cuando era juvenil en Lyon, se le diagnosticó una infección en el pie izquierdo, que se fue extendiendo hasta llegar al pubis. Los médicos no encontraban otra salida que la amputación, pero el futbolista se sometió a un tratamiento estoico y exhaustivo y 15 meses después estaba cumpliendo su sueño debutando en el fútbol profesional el 25 de agosto de 2009, en un partido del play off de la Liga de Campeones ante el Anderlecht.
En resumen, en sus ocho primeros años de carrera Gonalons no sufrió ninguna lesión relevante, pero tras marcharse del OL ha vivido en sus carnes ya dos distintas. Una muscular con la Roma y dos óseas con el Sevilla.