Qué manera de complicarse la vida

En esta temporada en la que el Sevilla FC está convenciendo a propios y extraños en LaLiga Santander, sentarse un jueves en la televisión para verlo jugar en la Europa League lejos de Nervión cuesta trabajo. Sin duda, sus tres partidos más espesos desde que comenzaran las hostilidades han sido en la fase de grupos fuera de casa. En Rusia perdió, en Turquía ganó de aquella manera y en Bélgica acabó derrotado en un pésimo partido y complicándose sobremanera el pase a los dieciseisavos de final.

Comenzó el encuentro con un Standard de Lieja animoso, pero pronto parecía que el equipo de Nervión no iba a tener problemas en controlar el partido. Machín había puesto sobre el césped un once muy parecido al que deslumbra en LaLiga Santander, pero lejos de mostrar esa verticalidad de la que hacen gala se dedicaban a sobar el partido, por tramos incluso de forma displicente, y apenas se acercaron con una buena transición que acabó en un disparo de Franco Vázquez al larguero tras un servicio de Ben Yedder. Fue casi la única ocasión clara de los visitantes en todo partido.

El Sevilla no hacía mucho por ganar, sino más bien por no perder, y cuando un equipo busca empatar… Roque Mesa no era el del domingo, Promes sigue siendo intranscendente, Ben Yedder echaba de menos a su socio portugués, y en el centro del campo Banega –parece que se le ha olvidado tirar faltas- y el ‘Mudo’ no tenían el día.

Así, la mejor noticia para los andaluces era que al descanso se llegara con un resultado que le servía. Tampoco había merecido mejor suerte el Standard, la verdad.

Pero tras el paso por vestuarios todo comenzó a demoronarse. Aleix Vidal, que estaba siendo de los peores, confirmó a los cinco minutos que no estaba para seguir y deja el carril derecho como un solar. Salió Sarabia como solución de urgencia al carril derecho, pero el madrileño cayó dos veces en la trampa de Djenepo y apenas duró 15 mintuos en el campo. El Sevilla se quedaba con diez, con la baja confirmada de uno de sus mejores hombres para el definitivo partido ante el Krasnodar y, además, ya iba por debajo en el marcador.

Fue el propio Djenepo el que ponía por delante a los belgas recién pasada la hora de partido, aprovechando la negligencia de una defensa que ya estaba dando muestras de no tener su mejor día. Carriço, Kjaer y Mercado se dedicaron más a pedir un fuera de juego que no era que de evitar el gol. Y Vaclik es muy bueno, pero no hace milagros.

Cinco minutos después llegó la expulsión de Sarabia y, curiosamente, el Sevilla empezaba, por fin, a tener más empuje. No era de recibo tener que jugársela a una carta ante un Krasnodar -venció como se esperaba al Akhisar- que ha demostrado ser el rival más fuerte del grupo, sobre todo con la buena situación que atraviesa el equipo en LaLiga Santander y las duras salidas a Vitoria y Valencia que le esperan.

Así, Machín empezó a echar artillería al campo y acabó con Ben Yedder, Promes, André Silva y Muriel en el campo. Eso le daba presencia arriba, pero poco orden y una paupérrima presencia atrás. De este modo, la pelota estaba mucho en el área belga, pero las ocasiones más claras las tuvo Djenepo para hacer el 2-0, primero fallando en el segundo palo y después mandando la pelota al larguero y permitiendo que Kjaer se fuera de rositas tras protagonizar un sainete que salvó como pudo Vaclik.

La derrota aplaza y complica la clasificación para los dieciseisavos, pero no es definitiva. Antes de que empezara a rodar el balón en Lieja necesitaba ganar al Krasnodar en Nervión para ser primeros. Ahora necesita lo mismo para encabezar el grupo, pero ha metido al Standard en la pelea y si no consigue un resultado al menos igual que el de los belgas en Turquía estará fuera de la competición de la que es pentacampeón. El fracaso planea por Nervión en una competición en la que el éxito es la moneda común…

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