El primer asalto, el europeo
Con Europa se marchan los peores males de Nervión. El Sevilla FC atraviesa en estos momentos una crisis casi sin precedentes, y para estos momentos no hay nada mejor que reencontrarse con la competición que domina, en la que se siente cómodo, en la que las cosas son mucho más fáciles.
Dos semanas después de eliminar con solvencia a la Lazio, el equipo que visita Nervión este jueves es, a priori, inferior a los italianos y, por tanto, a los sevillistas, aunque este equipo de Pablo Machín se dejó l fiabilidad en 2018 y no convendría poner la mano en el fuego por él.
El Slavia de Praga era uno de los caramelitos del sorteo y, tras una temporada aciaga en la fortuna de los bombos, por fin le cayó en suerte un rival supuestamente asequible.
Por ello, el mayor rival del Sevilla en estos octavos de final es el propio Sevilla. Si da la cara de Roma o del partido de vuelta ante la Lazio no debe tener problemas en alcanzar los cuartos de final y, de paso, poner en un brete a las autoridades con la posibilidad de un partido continental de alto riesgo en Jueves Santo. Si la cara es la de Huesca o la de los últimos meses en LaLiga, hasta un Slavia de la vida te puede dar un susto.
Será el primero de los asaltos de Pablo Machín para aferrarse al cuadrilátero del banquillo sevillista. Ante los checos todo lo que no sea ganar supondrá reabrir un debate que empieza a dividir a la hinchada, aunque el ‘juicio final’ llegará si no se produce la reacción liguera el próximo domingo ante la Real Sociedad.
Para el partido ante el Slavia Machín recupera a Carriço. En julio nadie pensaría esto, pero el luso es a día de hoy la pieza fundamental del entramado defensivo. Fue lesionarse y caerle goles por todos lados a Vaclik. También podrá alinear a Wöber una vez cumplida la sanción europea que arrastraba desde su estancia en el Ajax. El que no estará es Franco Vázquez, sancionado, mientras que Gonalons, Gnagnon y Escudero siguen con sus recuperaciones. Así, la gran duda se basa en el sistema, pues si el soriano se inclina por el dibujo habitual Promes será carrilero y probablemente juegue André Silva. Si, en cambio, juega con defensa de cuatro, el holandés podría acompañar a Ben Yedder como segundo delantero y el luso pasar al banquillo.
Por su parte, el Slavia sería un completo desconocido si no hubiera quedado emparejado con el Sevilla en la Liga de Campeones de la 2006/07. Es, sin duda, uno de los grandes del fútbol de la República Checa, cuyo campeonato lidera, pero eso no son credenciales suficientes para competir al máximo nivel. En principio. Eso sí, a un Genk superior le hizo la pascua en la ronda anterior para plantarse por primera vez en octavos de final de la Europa League en su actual formato. El equipo está formado por una pléyade de jugadores poco conocidos de los que destacan sus laterales –Coufal y Boril- y sus interiores –Soucek y Zrmhal-, aunque quizás lo que más llame la atención es que en la punta de ataque juega un tal Skoda, el segundo apellido checo más conocido en Sevilla después de Vaclik.
Llega el primer asalto de la batalla de Machín. El europeo y, en principio, el asequible. Eso sí, en este no se contempla un mínimo susto. Tanto que perder y tan poco que ganar.
