"Julen, Julen, Julen Lopetegui..."

Julen Lopetegui, entrenador del Sevilla, es un tipo recto, firme, serio, al menos es lo que aparenta. Pero tras el derbi, tras su victoria por primera vez en un derbi sevillano, se comprobó que su rostro también puede brillar de felicidad, con cierto pudor incluso, pero de alegría y hasta una pizca de euforia.

Todo eso pasó al final del partido, claro, con el pitido final. Pero también un rato después, cuando la plantilla del Sevilla volvió a saltar al césped para celebrar la victoria en el derbi. Entonces, la grada sevillista, que se agolpaba en el recinto acotado para los nervionenses en el gol norte del Benito Villamarín, arrancó a cantar, y a arrancó a cantarle a su entrenador.

"Julen, Julen, Julen Lopetegui, Julen, Julen, Julen Lopetegui...", y así una y otra vez a medida que el técnico avanzaba hacia la afición y a medida que sus jugadores, entrando de nuevo a vestuarios, se quedaban a ver cómo el técnico vasco recibía también su homenaje.

Y seguido, claro, fue Monchi, objeto del ya clásico canto sevillista "León, León, León San Fernando". El director deportivo de nuevo fue objeto de loas de sus seguidores en el campo y una vez que volvieron a salir al césped los jugadores y la plantilla.

Fue un día muy especial para el Sevilla y el sevillismo, pero sin dudarlo también para Lopetegui, que posiblemente vivió su primer gran día como sevillista.