El Sevilla no se resfría ni ante la pulmonía
El Sevilla es a día de hoy una máquina competitiva con poco parangón en LaLiga española. Es una máquina de rendir, de exprimir partidos, de ganar; es una máquina física, que supera aunque no arrolle a quien se le ponga por delante, que lo lleva al extremo físico hasta agotarlo. Es, en definitiva, una máquina, el tercero de la competición tras Barcelona y Real Madrid, ahí es nada. Y lo que es mejor, es una garantía. Es un conjunto fuerte, fiable, seguro e indomable a domicilio, donde ya gana más que nadie. En Valladolid, el estadio de La Pulmonía, en una noche de perros de frío y lluvia, también dieron la talla los de Lopetegui, y se llevaron tres puntos que lo aúpan aún más en la clasificación.
Un gol de Banega, repetido, bastó. Porque este Sevilla no destaca por su brillantez, por sus variantes ofensivas. No, destaca por su fuerza, por su seguridad y por su físico, y por sacar la máxima rentabilidad a sus goles, lleguen como lleguen, aunque sean pocos. En ese escenario es lógico que los que sustentan esos valores sean abanderados de este Sevilla de Lopetegui. Que ya lo es de Diego Carlos, de Fernando, de Koundé, de Navas... y de Banega, que se lució en Zorrilla como ya hizo en el derbi. Esa columna vertebral, bien acompañada en este encuentro por Jordán, y luego por Óliver, Mudo, sostiene al equipo aunque falte gol, aunque falte un pase decisivo. No fue el partido ni de Nolito ni de De Jong ni de Ocampos, pero el Sevilla los necesita a medias. Si ya encontrara mejora en ellos o en otros en ataque... sería más temible aún de lo que es, que es muy mucho.
Banega, gol a la segunda
La primera parte fue trepidante. Ocurrieron muchas cosas, la mayoría generadas por parte del Sevilla. Entre ellas, un gol de penalti que caldeó Pucela, y eso que estaba en una noche 'versión pulmonía'. Frío, lluvia, ambiente gélido, césped duro... Corrían los primeros minutos cuando Nolito sufrió un penalti de libro al estar listo y llegar antes que Moyano a un balón en el área. Banega falló su primer intento, pero Masip le brindó una segunda oportunidad (se adelantó con los dos pies a la línea de gol, norma estipulada esta temporada) y en esta el argentino la clavó en la escuadra.
El Sevilla se acomodó en el encuentro, hasta el punto que pudo y debió matarlo en la primera mitad. Tuvo varias ocasiones para ello, incluso alguna más que pudo haber llegado desde el punto de penalti, aunque ni Prieto Iglesias ni el VAR estimaron oportuno señalar penalti, sobre todo en un agarrón sobre Fernando. Pero lejos de polémicas, la más clara la tuvo Nolito, que solo ante Masip erró en el remate y se la mandó a las manos, cuando solo tenía que rematar con el meta vendido. Fue fruto esa ocasión de un pase de Banega, como tantas otras jugadas de ataque, que nacieron en el buen hacer del argentino y del medio del campo en general, pues Jordán y Fernando acompañaron a buen nivel en ataque y en defensa. Por ahí superaba el Sevilla a un Valladolid que tuvo arrestos para intentar mandar el partido a partir del minuto 25, poniendo en algún aprieto a Vaclik, como en el remate al larguero de Sandro. Pero era un cara o cruz para los de Pucela. Porque cada pelota perdida generaba una salida a la contra del equipo nervionense, y eso que los de Lopetegui no son, ni mucho menos, los mejores contragolpeadores de LaLiga. Las crearon, pero no las remataron, el último pase, una mala decisión... el Sevilla tiraba a la basura las brillantes y excelsas a veces salidas al primer pase o en conducción de Banega, Jordán, Navas...
Fútbol control
El Sevilla, en la segunda mitad, se sabía superior. Pero se sabía superior en zonas del campo donde se sentía fuerte. Esto es, la defensa y el centro del campo. Y a eso se fio. En el mediocampo dominó con tranquilidad, calidad y experiencia. El Valladolid apenas pudo trenzar una jugada en condiciones, apenas un pase largo de Nacho a Guardiola. En defensa de nuevo Diego Carlos, Koundé, Navas y hasta Reguilón, que mejoró prestaciones atrás, fueron un muro infranquable, ayudado siempre por Fernando, que completó un partido inmenso.
Esta seguridad del Sevilla en esas zonas del campo hizo que casi se olvidara de atacar, o al menos de hacerlo con pasión y cantidad. Intentaba algunas contras que morían en la fase decisiva, faltas de velocidad, como en un magistral pase de Banega a De Jong. Pero no iba a muerte a por el segundo gol. Iba a muerte en su defensa, en el control. La realidad fue que el conjunto de Lopetegui enfrió el partido, lo congeló. Más aún con los cambios, con la entrada al campo de Óliver y el Mudo. Apenas pasaba nada en la segunda mitad, y el Sevilla fue agotando los minutos hasta que se esfumó, con una expulsión absurda de Ocampos por cierto, que se calentó y se calentó hasta que encontró lo que parecía que buscaba, la roja.
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Seguimos arriba, que somos el mejor ekipo a domicilio de la liga, 3º a 1 punto de los dos grandes, de momento el Sevillafc de lopetegui vence y convence, a nada se de cuenta de ke dabbur/chicharito o munir/Oliver le Dan más al ekipo ke de jong (ke a mi me encanta el holandés) y nulito (ke malito es) se verá un ekipo mejor en liga de lo ke es ahora, ke es un ekipo como el Atlético de Madrid, te meto un gol y ya a ganado el partido por su solidez defensiva, ya sabemos ke hay muchos partidos, ke viene Europa y la copa, esperemos seguir en esta línea, el ekipo así coje más confianza y se pueden hacer grandes cosas esta temporada con un ekipo nuevo, entrenador nuevo y todo gracias al ke como dicen algunas creaturitas "al ke echaron de la Roma" ke dimitió el MONCHI y su ekipo técnico, seguimos en la pomada y sabiendo ke otros ekipos ke luchan por plazas europeas no están muy finos, saludos.