Dos centrales como la copa de un pino
El Sevilla FC ha ganado al CD Leganés en el que ha sido, probablemente, su peor partido de la temporada con mucha diferencia. El colista se lo puso en chino al virtual segundo clasificado, en un duelo feo, trabado y muy disputado que decantó la mejor pareja de centrales de LaLiga Santander en este momento. Jules Koundé y, sobre todo, Diego Carlos completaron dos actuaciones de manual defensivas y, además, fueron también los más peligrosos en el capítulo ofensivo.
Lopetegui decidió formar un centro del campo lleno de creatividad al darle el sitio de Fernando a Joan Jordán, que hacía el papel del brasileño pese a que sus actitudes defensivas no son ni parecidas. En el lugar de Ocampos jugó el Mudo para completar un cuarteto de ‘jugones’ de gran calidad, pero restándole muchísima profundidad al equipo. Avisó Lopetegui de que el colista era un equipo que estaba en buen momento y que iba a ser difícil de superar, y ni siquiera el contratiempo de la lesión de Siovas nada más empezar le amilanó. En el primer tiempo no lo consiguió aunque fue superior y todas las ocasiones fueron suyas, con centros laterales que buscaban el faro de De Jong, y en el segundo el Sevilla sufrió muchísimo.
Pero el holandés otra vez no tuvo el día, y aunque le caían balones ninguno iba dentro. Él y Franco Vázquez protagonizaban todas las acciones ofensivas del Sevilla, que pese a tener tanta calidad en el césped no funcionaba ni mucho menos por dentro. Para colmo, el Mudo evitó antes del descanso un gol de De Jong. La pelota iba dentro pero el argentino la remachó en la línea partiendo de fuera de juego.
Tras el descanso salió el Sevilla algo dormido y el Leganés muchísimo más metido en el partido, más agresivo, como con la sensación de que aguantar estaba bien pero que siendo colistas necesitan volver a ganar cuanto antes, cómo sea y dónde sea. De la imagen no se vive en LaLiga Santander. Y muy cerca estuvo de darle un susto el equipo madrileño al Sevilla, primero por medio de Óscar, que obligó a Vaclik a hacer el paradón de cada día tras un error de Joan Jordán, y después por En Nesyri, que estuvo a centímetros de hacer uno de los goles de la temporada después de que Rodrigues entrara como cuchillo en manteca.
Había tanta calidad en el centro del campo que ese vaso rebosó cuando el Sevilla empezó a notar la falta de argumentos defensivos. Banega firmaba uno de sus partidos más flojos de los últimos tiempos, mientras que Óliver y Jordán comenzaban a desesperarse. Así, Lopetegui movió ficha y con la entrada de Gudelj comenzó a controlar algo más el partido.
Casi no le había dado tiempo a reordenar las piezas cuando llegó por fin el gol que agujereaba la muralla pepinera. Un córner mal sacado se convirtió en una segunda jugada que aprovechó Diego Carlos para remachar a bocajarro tras una media chilena de Koundé y un fallo clamoroso de Cuéllar. Los dos mejores del partido fueron los protagonistas del gol -de hecho el galo estuvo a punto de marcar por dos veces poco después con una jugada que firmaría cualquier delantero-, dos centrales que son las piezas clave en la mejoría del Sevilla de esta temporada. De una defensa que se hunde a otra poderosa y jerárquica que mantiene a raya a los rivales va el gran cambio de este equipo, y si encima aportan en ataque como hicieron este domingo…
De una defensa que se hunde a otra poderosa y jerárquica que mantiene a raya a los rivales va el gran cambio de este equipo, y si encima aportan en ataque como hicieron este domingo…
No era el día del Sevilla pese a la ventaja y Aguirre metió toda su artillería, a lo que Lopetegui respondió metiendo más madera en la defensa. De Jong dejó su sitio a Sergi Gómez en toda una declaración de intenciones, colocando a Koundé de lateral y a Navas más arriba, con más opciones de repliegue. El Mudo probó en su tercera posición del partido actuando como falso nueve. El vasco también fue consciente de que era uno de sus partidos menos brillantes y los tres puntos eran oro.
El Sevilla volvió a meterse atrás a defender su ventaja en el tramo final. Seguramente porque Lopetegui es consciente de que con Diego Carlos y Koundé –y Sergi Gómez sumado a la causa en el tramo final- es muy difícil que el rival encuentre el hueco.
El Leganés apretó pero, más allá de la tensión, no tuvo ninguna opción verdaderamente clara de batir al muy buen portero que ha vuelto a ser Vaclik. También es más fácil parar con dos tótems por delante como escuderos. Todo es más fácil con ellos. Qué barbaridad de futbolistas. Qué bueno es tener esas alternativas para ganar los partidos que se ponen en chino como el de la matinal de este domingo.
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