Las virtudes del Sevilla esta temporada están más que analizadas. Los defectos, también. Y afloran sobre todo en casa, en el Sánchez Pizjuán, donde se ha dejado cinco puntos de los últimos seis y donde le cuesta una barbaridad sacar los partidos adelante. Ante el Athletic, este viernes, volvió a tropezar. Y se encontró un buen Athletic, pero es que cualquier buen equipo que se pone delante en Nervión provoca demasiados problemas a un equipo que tiene pocas soluciones arriba, y las que tiene son previsibles y conocidas.
Esos problemas, decíamos, salen a la luz en casa más que fuera. Porque en Nervión hay que asumir más responsabilidades, hay que ir más a por el partido y porque en Nervión se necesita más del ataque, de las soluciones ofensivas que el Sevilla no tiene. Por eso últimamente jugar en el Sánchez Pizjuán es más un suplicio que una fortuna. Otrora, no hace mucho, el estadio sevillista no regalaba puntos. Ahora se van como azucarillos en la mano.
El Athletic sorprendió y bien sorprendido al Sevilla. Ejecutó una presión alta, valiente, que ahogó al equipo de Julen Lopetegui. Al margen del gol de Capa, en el que Vaclik anduvo dormido, lo cierto es que el conjunto sevillista no supo responder a esa actitud osada de los vascos. A esa presión tan alta, respondieron los nervionenses con precipitación, pérdidas y con poca velocidad en la transición. Tampoco es que Banega, Jordán o Fernando tuvieran muchas alternativas para distribuir rápido la pelota cuando les llegaba, siempre acompañado de un rival cerca. Porque las opciones eran siempre las mismas. O Munir de espaldas ante tres centrales, u Ocampos con Navas en la derecha con una férrea defensa de ambos por parte de Íñigo, Vesga... y hasta Kodro, o poco más. Porque en la izquierda, con Koundé como lateral a pierna cambiada, y con Óliver, que nunca buscaba la línea y se metía hacia adentro, no había profundidad.
Le costó mucho pues, al Sevilla, superar la presión del Athletic y encontrar fórmulas de penetración en la defensa vizcaína. De hecho no lo hizo, aunque estabilizó algo más el partido teniendo más la pelota y jugando más en campo contrario, pudiendo ejecutar la presión a la que le sometía el Athletic, aunque no con tanto acierto.
Tenía que hacer algo Lopetegui porque el partido era del Athletic en el marcador, en táctica y disposición. Jugaba con una banda ciega y un delantero demasiado solo arriba ante una fornida defensa de buenos centrales. ¿Mandar a Ocampos a la izquierda no habría sido buena solución para equilibrar las opciones? ¿Quizás sacar a Escudero...?
Las dos cosas. El entrenador del Sevilla, Julen Lopetegui, quiso arreglar en el descanso el error de la primera. Sacó al campo a Escudero y a De Jong por Carriço y Óliver. Puso a Ocampos en la izquierda además y pasó a jugar con tres centrales, con Fernando incrustado entre Koundé y Diego Carlos. Tenía una pinta más lógica eso sí el Sevilla.
Y lo cierto es que mejoró. De entrada se fue arriba, con cierta precipitación, pero metió más miedo al Athletic, al que además empezaron a fallarle las fuerzas, consecuencia del tremendo desgaste de la primera mitad.
Ocampos empezó en la izquierda pero al poco tiempo pasó a la segunda, y ahí, una vez más, encontró el equipo la profundidad, el peligro y las ocasiones. Ocampos y Navas se entendieron, se buscaron y progresaron, hasta el punto de llegar a línea de fondo, de dar un gol cantado a De Jong, que lo falló, y de generar una ocasión que, a falta de delanteros efectivos, marcó un jugador del Athletic en propia puerta, Unai Núñez.
Estaba mejor, bastante mejor el Sevilla que el Athletic en la segunda parte, pero tras el gol, y tras otro arreón, se frenó de nuevo el equipo hispalense. Entre el cansancio y la falta de soluciones arriba, se perdió más el conjunto de Lopetegui, aunque siguió con inercia atacando y atacando, sobre todo por el empuje de Navas más que de Escudero, que si bien mejoró la actuación de Koundé en el lateral tampoco se convirtió en un quebradero de cabeza para el Athletic.
El partido ya se terminó con un Athletic que casi no llegaba y un Sevilla que lo hacía, pero sin ideas ni sorpresas. Solo a balón parado pudo Diego Carlos hacer el segundo tanto. El partido se agotó con un empate justo a tenor de las partes de cada equipo, aunque pueda lamentarse el equipo sevillista porque tuvo más ocasiones, dos palos. Pero claro, sigue faltando lo que hasta ahora, un goleador que solucione en ataque, que ofrezca un recurso nuevo a los que ya plantean los Navas, Ocampos, Banega... Porque arriba no hay más, no se encuentra ni parece haberlo. Queda ahora enero por delante para encontrarlas, dentro del equipo o, sobre todo, fuera, en el mercado.
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El Portero del Sevilla es del TBO, COMO SE TRAGA EL PRIMER GOL DEL ATLETIC Y COMO ESE VAN UNOS CUANTOS.VENGA A PASTAR AL MINI ESTADIO JAJAJA.
Pero felices que son los días de REYES para los BÉTICOS, A ti te traerán malos recuerdos Verdad ROEDOR ? VENGA A PASTAR AL MINI ESTADIO JAJAJA.
Partido ke en casos normales se hubiera ganado con la gorra ya ke ocasiones y palos ha habido y si el árbitro hubiera sancionado como es debido, pues estaríamos hablando de otra cosa, saludos y felices reyes
EL TREBUJENA tiene un Delantero mejor que los tres del Sevilla, Y los Árbitros empiezan a coger la Matrícula al de los Codazos y Patadas en los saltos , entre el Atlético hoy que ganará y el R MADRID el Domingo ya los pondrán camino de la INTERTOTO con toda la vuelta por delante y 15 cedidos y 200 Millones en fichajes,VENGA A PASTAR AL MINI ESTADIO JAJAJA.