2-1, m. 103: Javi Martínez
Una gesta sin plata
Las finales están para ganarlas, evidentemente. Pero hay derrotas en finales que también quedan para la posteridad. La Supercopa de Europa disputada en Budapest entre el Bayern y el Sevilla pasará a la historia del fútbol europeo por varias razones. Pero para los sevillistas debe pasar a la historia como la derrota del orgullo. Por muchas razones. El conjunto de Lopetegui se enfrentó al mayor coloso del fútbol europeo, no solo por ser el campeón de Europa, sino también por ser un equipo destinado incluso a marcar época. Por su fútbol, por su osadía, por sus formas, por sus jugadores. Y a todo ello, a todo ese coloso, el Sevilla plantó cara. Con todo su sacrificio, su fuerza, su orgullo. Porque este Sevilla es el Sevilla del orgullo. Ninguno de los sevillistas que viera el partido dejará de compartir la pena de la derrota, porque este equipo es ganador, con la alegría del orgullo por su equipo, por sus jugadores.
Cada uno de los que viste la camiseta se vacía hasta la extenuación, cada uno de los que porta el escudo se deja la piel, sea quien sea el rival, por más coloso europeo que sea. El Sevilla perdió ante el Bayern, ante un Bayern que venía de comerse el mundo y que puede que se lo vuelva a comer. Pero lo llevó hasta la prórroga, tuvo el título en una contra de En-Nesyri y llevó al Bayern a sudar sangre para llevarse la copa.
Sí, Rakitic no está a su mejor nivel físico, ni al del equipo, Escudero en lateral es todo pundonor pero incompleto y Acuña ha llegado algo tarde para la puesta a punto, En-Nesyri no es el delantero resolutivo que habría dado al Sevilla hoy un título posiblemente, y más cosas que faltan. Pero, señores y señoras, el Sevilla tiene un equipazo, tiene un grupo especial, capaz de gestas ante colosos. Y eso es lo que, tras la pena de la derrota, queda de esta final tan especial de Budapest.
Y el Sevilla comenzó el partido valeroso, competitivo como siempre. Los primeros 5 minutos, los primeros 10, esos en los que el Bayern despedazaba a todos sus rivales recientes, los solventó el equipo nervionense con bravura, con defensa, una presión intensa en ataque y hasta con posesión y llegada. Fruto de esa estrategia inicial llegó el gol que ponía por delante a los sevillistas. Una gran acción entre Suso, Navas, De Jong y Rakitic, que acabó con penalti sobre el croata que solventó con maestría una vez más Ocampos.
A partir de ahí, llegó la lógica, se impuso en el juego alemán, el ritmo infernal, la osadía del Bayern, que jugaba con todo el equipo en campo contrario, cuyos dos mediocentros son los dos centrales, cuyos centrocampistas actúan casi como atacantes. El Sevilla se defendió con uñas y dientes, concediendo algunas ocasiones que acabaron fuera o con parada de Bono en un mano a mano con Lewandoski. Esa tarea, como siempre, la cumplía bien el Sevilla con Koundé, Diego Carlos y Fernando en modo gigante, por más que tuvieran algún fallo ante la avalancha. Pero al Sevilla le faltaba fuelle con la pelota. Rakitic aún no está en su mejor momento, le cuesta el ritmo del equipo, y más ante un Bayern gigante y portentoso. No acertó en la salida de la pelota y eso convirtió el partido en monótono ataque germano. Hasta que llegó el empate en una dejada brillante del delantero polaco a Goretzka.
El descanso de entrada dio aire al Sevilla. Entre que algunos jugadores dieron sus últimas gotas de esfuerzo y que el enlazó dos o tres jugadas, parecía cambiar algo el aire. Pero pronto volvió todo a la sufrida monotonía del ataque del Bayern. Lopetegui hizo lo evidente, sacó del campo a De Jong y Rakitic y luego a Suso por En-Nesyri, Óliver y luego Gudelj. El equipo cogía fuerzas para lo que quedaba. Y quedaba.
Porque fue un auténtico sufrimiento, un auténtico sacrificio el que hizo el Sevilla para defenderse con uñas y dientes de las estrellas bávaras. Hasta un gol anulado por el VAR, paradas de Bono, remates cortados a última hora. Expertos en supervivencia. El Sevilla seguía de pie.
La pelota era alemana, el Sevilla aguantaba sin ella y pocas veces encontraba la ocasión para salir, salvo que la cogiera Ocampos, que se marcó un partido de épica. Pero conforme avanzó el encuentro encontró alguna que otra vez metros. Y de hecho en esa esperanza de la contra tuvo el equipo hispalense la Supercopa. Una galopada de Navas a la contra se convirtió en una asistencia de gol a En-Nesyri, que solo ante Neuer lo desafío, se la mandó a abajo... y uno de los mejores porteros del mundo salvó a su equipo.
A la prórroga llegó el Sevilla extenuado, cansado de ir tras la pelota ante un equipo sin fallos en la transición, sin errores gruesos, en el que todos miran la portería contraria y hacen correr. El marroquí estuvo a punto de resarcirse a las primeras de cambio con un remate que de nuevo Neuer mandó a la madera en un despeje.
El partido era ya de poder a querer, pero el Sevilla seguía manteniéndose, Óliver daba aire y calma, el Mudo, que salió por un vaciado Jordán, lo intentaba, y el Bayern tampoco estaba ya para demasiadas florituras, pero no dejaba de atacar y atacar, de ir e ir, e ir.
Y tanto fue el cántaro a la fuente que en alguna se rompió. Un saque de esquina tonto concedido por Diego Carlos, qué partidazo el suyo, acabó tras un par de rebotes en un gol de Javi Martínez de cabeza. Un gol que hundió en el ánimo al Sevilla.
A partir de ahí, ya las esfuerzas no daban para defenderse y luego armarse. Tiró de orgullo el equipo de Lopetegui, pero la cuesta ya era imposible de subir. El Bayern monopolizaba la pelota, no concedía, y controlaba el balón ante un equipo fundido.
Y así acabó el partido, con
dedicado al presidente de peñas "Feliz Oktoberfest"
Dicen que nunca se rinde y?? si gana porque es muy bueno si pierde porque no se rinde total campeón el Bayer y yaxesta
La envidia gran pecado de los seguidores verdiblancos que como siempre seguirán acostumbrándose a la miseria de fútbol que juega su equipito.VIVA EL SEVILLA QUE AYER A LOS 87 MINUTOS CASI LOGRA SU SEGUNDA SUPERCOPA.El Marroquí casi lo logra Ánimo Enesiri
Sevilla humilde como siempre el mejor pero para hacerse un poco más grande y competir hay que fichar bien y no vender a los buenos si no seguimos como siempre
Sevilla humilde como siempre el mejor pero para hacerse un poco más grande y competir hay que fichar bien y no vender a los buenos si no seguimos como siempre
Juasjuasjuas
Super orgulloso de este equipo. Y ojo en la próxima Champions. Gran Sevilla.