La UEFA ha expresado su satisfacción por cómo se desarrolló la Supercopa de Europa disputada el jueves por el Bayern Múnich y el Sevilla FC y la presencia de público en las gradas del estadio Puskas Arena por primera vez desde que la pandemia de la COVID-19 obligó a parar las competiciones y a que estas se reanudaran a puerta cerrada.
Fuentes del organismo continental expresaron a EFE esta tarde que "la organización del partido se ha desarrollado sin problemas. Los espectadores aceptaron las medidas de precaución y siguieron las directrices e instrucciones sanitarias proporcionadas por los 'stewards'".
"La UEFA evaluará ahora a fondo los distintos aspectos de la organización junto con la Federación Húngara de Fútbol y las autoridades locales", precisaron las mismas fuentes.
"Estamos encantados de volver a sentir un verdadero ambiente de fútbol y esto demuestra una vez más que los aficionados son el alma del juego y que el fútbol es tan grande gracias a su pasión y apoyo", apuntaron a Efe las fuentes del máximo órgano futbolístico europeo.
La UEFA decidió permitir la presencia de aficionados en una especie de "prueba piloto". Bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria, el ganador de la Liga de Campeones y de la Liga Europa jugaron de nuevo ante público.
Cada club podía contar con hasta 3.000 aficionados, aunque ninguno llegó a dicha cantidad. De hecho del Sevilla acudió medio millar, pero seguidores muniqueses y sevillistas pudieron estar junto a su equipo de nuevo en la grada