La cara B también tiene buenas canciones

Cuando uno era un crío y esperaba el disco de su grupo favorito, lo normal era comprar un casete -los vinilos me quedan lejos- y devorar la cara A, donde solían estar las grandes canciones que brindaban a sus seguidores. Sin embargo, siempre se escondía alguna perla en la cara B, o bien alguna pieza que los artistas querían esconder para el regusto de sus verdaderos seguidores, o bien una rara avis.

En el Sevilla FC, ahora hay cara B, o plan B, y los tres puntos siguen quedándose en Nervión por noveno partido consecutivo. El grupo protagonista bien podría llamarse ‘Aleix y los del banquillo’, o igual se trataría de un trabajo en solitario de Bono. Pero no el de U2, sino de un marroquí que no tiene absolutamente nada de cantarín.

El catalán encabeza ese grupo de futbolistas que han dado un paso al frente y han recogido el guante de su entrenador, un Lopetegui que demuestra que su chascarrillo del despertador es algo que lleva a gala y no se trata de palabras vacías.

El vasco avisó de que no iba a ser fácil ganar al SD Huesca y llevaba toda la razón. No obstante, introdujo numerosos cambios con respecto al once tipo y el equipo no brilló igual, claro, pero sí fue competitivo en todo momento a pesar de que en la grada/banquillo estaban, ojo, Jesús Navas, Koundé, Acuña, Fernando, Joan Jordán, Suso, Ocampos y En-Nesyri. Es decir, ocho de sus teóricos titulares indiscutibles y prácticamente todos los hombres clave del equipo.

El equipo no brilló igual, claro, pero sí fue competitivo en todo momento a pesar de que en la grada/banquillo estaban, ojo, Jesús Navas, Koundé, Acuña, Fernando, Joan Jordán, Suso, Ocampos y En-Nesyri.

Por su parte, el marroquí representa lo que puede llegar a ser un hombre de cara B. Llegó, sin hacer ruido, con una cesión de un equipo de Segunda con todos los ingredientes de ser un fichaje para rellenar la plantilla. Cuando empezó a vestir la camiseta del Sevilla despertó dudas, pero cuando tuvo que dar el paso al frente decidió convertirse en todo un hit parade. No ha llenado estadios porque no se puede, pero su gira desde Sevilla a Alemania pasando por toda España y Europa ha ido ganando adeptos hasta convertirle en uno de Los ¿40? Principales.

Sus recitales son de seguridad, colocación y reflejos, y el Sevilla con él, un portero que vino cedido del Girona y fue comprado por poco más de 4 kilos, tiene por fin a ese hombre que decide partidos debajo de los postes. Igual de concentrado ante Messi que ante Rafa Mir. Igual de decisivo. Precisamente lo que infundió Lopetegui en la previa. Bendita cara B que de seguir así permitirá a la A no llegar rayada al tramo decisivo. Eso pasaba con los casetes, queridos milennials.