El Sevilla también gana en el equilibrio
El Sevilla ha salido triunfante de un derbi tan tenso como igualado, tan disputado como equilibrado, pero en el que el equipo nervionense logró y gestionó su ventaja de forma suficiente, en el amplio sentido de la palabra. Porque le bastó y porque tiró de suficiencia, de defensa y no demasiados dispendios para llevarla al final del partido. Ese es el análisis en corto, del partido en concreto, pero que extrapolado a los derbis nos lleva a otra máxima de otro análisis. Cuando en los derbis hay superioridad sevillista, suele ganar el Sevilla, cuando hay superioridad bética (como quizás en la ida), no pierde el Sevilla, y cuando hay igualdad, suele ganar el Sevilla. Este derbi del Sánchez Pizjuán fue eso, muy igualado, en casi todo. En duelos individuales, en lo físico, en lo colectivo, incluso en los planteamientos hubo igualdad. Pero lo ganó el Sevilla por un golazo de En-Nesyri y porque además en la segunda parte tiró de una muy buena defensa para secar a un Betis que venía haciendo buen fútbol ofensivo y que en la segunda mitad solo se acercó con peligro real en un rebote y en la última jugada del partido, el tiro de Fekir.
El Sevilla, con este triunfo además, da carpetazo a unos 10 días muy difíciles, en los que vio la final de Copa marcharse con crueldad, en el que vio la Champions marcharse y comprometer LaLiga. La victoria en el derbi confirma su etiqueta de Champions, su cuarta plaza y permite mirar al futuro y al final de curso con optimismo.
El Betis, por su parte, compitió en el derbi y lo intentó. Poco se le pùede reprochar en cuanto a voluntad, intento, ánimo. Sí en cuanto a las formas de enfrentarse a defensas de nivel, a planteamientos férreos. Ahí no encontró soluciones el equipo verdiblanco, que compitió y miro de tú a tú al Sevilla, pero que no lo superó. Hubo quizás en la ida más recursos béticos que los que encontró en este derbi en ataque.
El derbi empezó muy igualado, algo que se preveía por el momento de ambos equipos. Un Betis con mucha confianza en lo que hacía presionó muy valiente al Sevilla, muy arriba. Y un Sevilla siempre planteando su guion se empeñó en no alterarlo pese a la intensidad verdiblanca. Ninguno de los equipos superó ampliamente al rival en realidad. Porque si bien el Betis puso en apuros en algunas salidas de balón al Sevilla, no lo materializó en claras ocasiones, salvo un disparo lejano de Borja Iglesias y posterior doble parada de Bono con algo de polémica incluida (revisada por el VAR sin consecuencias). Y si bien el Sevilla encontró un par de salidas claras, y más o menos con espacios, tampoco estaba cómodo con esa situación de encuentro. En resumen, igualdad, con un Sevilla jugándosela más con pelota y un Betis jugándosela más con una presión y un equipo muy arriba (la defensa en el centro del campo).
Por eso que en ese panorama el Sevilla encontrara el gol en una magnífica acción individual de Navas con su pase y En-Nesyri con su maravilloso control, orientación y disparo, casi sin ángulo; y que los centrales del Betis y Joel pecaran de imprecisión y precipitación en sus movimientos fue más fruto de eso, de acciones individuales de mucho mérito en ese contexto de partido que hicieron valer más el plan sevillista de atraer al Betis para romper en velocidad que el bético de agobiar la salida de pelota y robar.
Ese tanto calmó bastante a un Sevilla que intentaba salir más en corto por la izquierda, con Acuña y Ocampos, y más en profundidad por la derecha, pero en el que la presencia de Papu y Suso en la medular no aportaba demasiadas soluciones. Más bien fueron Fernando y Jordán los que a partir de entonces empezaron a encontrarlas con inteligentes movimientos de ruptura encontrando espacios entre la defensa y el centro del campo bético, por ahí empezó el equipo de Julen a encontrarse más cómodo con balón en campo rival, empezó a circular y desactivar la presión verdiblanca, que pese a todo dio un último arreón antes del descanso gracias a la insistencia sobre todo de Canales, que quería rebelarse contra el partido. Eso y las aportaciones de Emerson volvieron a meter apuros y agobios en el lado sevillista, y así se llegó al descanso.
El Sevilla de entrada incluso dio un pase adelante, en presión, en posesión, en mordiente. Y eso en el comienzo de esta parte permitió tomar aire, incluso acumular llegadas al área de Joel. Pero poco a poco la tendencia del partido fue cambiando, en parte porque el mismo Julen lo prefirió así. Confiado en su defensa, en el muro de Diego Carlos, Koundé, y Fernando, fue buscando las contras. Las encontró con En-NEsyri y Ocampos, pero luego cada vez el equipo se fue aculando más.
El Betis no encontraba vías de entrada, y la que tuvo, de Emerson en la derecha, al final fue cercenada con los cambios de Julen, que acabó con Óliver en esa banda y luego con una defensa de cinco para fortalecerse. Fueron movimientos todos de protección, pero que sirvieron para que ni Fekir ni Canales pudieran ver espacios, porque no los había.
El Sevilla se aplicó en defensa, todos sus jugadores, guiados por la tensión desde el banquillo, y acabó atrás pero defendiéndose con uñas y dientes ante un Betis que quizás solo vio el empate cerca en la última jugada del partido.
Donde está tercer estadio, tercer estadio donde estas. Jajajaja. Payaso a dormir calentito.1-0