De Amarguras a Campanilleros

El Sevilla se llevó el primer partido de la temporada ante el Rayo Vallecano (3-0). Hubo poco ritmo durante varios tramos, muchas bajas en el cuadro de Lopetegui, pero lo suficiente como para marcar distancias con un recién ascendido. En-Nesyri marcó el primero de penalti tras una acción de ratón de área de Idrissi. Lamela anotó un doblete para pedir sitio. Ocampos, Suso, Bono, Rakitic y Óliver no estuvieron en la lista. Solo el argentino estuvo presente en el césped saludando a sus compañeros. El resto sigue apartado por covid-19. Mientras, el club ni confirma ni desmiente.

Antes de arrancar, el clima que había en el estadio borraba de un plumazo lo que se había convertido en normalidad: el fútbol sin público. Cánticos, palmas y un tremendo calor aderezaron una noche que arrancó con sones cofrades dirigidos al tercer anillo. De eso hablaremos más tarde.

En el partido en sí, lo más destacado fue el ambiente, que se echaba de menos, y ver de nuevo a Nervión vibrar como siempre. El Sevilla salió metido con jugadores como Idrissi, Óscar y Dmitrovic como destacados. A pesar de las bajas, Lopetegui consiguió formar un once decente que tenía que dar para ganar al Rayo Vallecano.

El choque cambió con el penalti de Luca Zidane sobre Idrissi. Gran pase de Diego Carlos de larga distancia. El portero sale mal e Idrissi lo aprovecha con inteligencia. El sevillista se había mostrado con ganas desde le inicio del choque con un par de robos de pelota. Cuando el árbitro señaló el punto de penalti, el ex del AZ lo festejó como si el gol ya estuviera convertido. Quería tirar el penalti aunque En-Nesyri no se lo permitió. Se le vio con ganas de aportar, metido en el partido y con cierta rabia por todo lo sucedido en la temporada pasada. Su acción motivó el gol de En-Nesyri y la expulsión del portero del Rayo. El partido se encarrilaba.

La segunda parte arrancó con la entrada de Lamela por Idrissi y, al poco tiempo, la entrada del Papu Gómez por Rekik. Idrissi andaba revolucionado y había visto una amarilla por una dura entrada que bien pudo ser roja.

Con más fútbol sobre el campo y el cansancio aplacando al Rayo con uno menos, poco tardó en verse el efecto de los cambios. Una combinación por el centro entre Lamela, Óscar y Acuña, acabó con el remate del nuevo fichaje y el gol del Sevilla. La pelota entró después de un rebote. El gol vale lo mismo.

Poco después, el propio Lamela culmió una contra de libro tras una gran asistencia de En-Nesyri. El argentino no podía empezar mejor su etapa como sevillista.

Goleada para aplacar el calor y las bajas. El equipo tiene recambios y le falta todavía la última 'puntá' de Monchi. La noche arrancó por Amarguras y terminó en Campanilleros.

Había ganas de sevilismo

Las gradas volvieron a teñirse de rojiblanco. Falta mucha gente pero el sentimiento y los cánticos recordaron tiempos que no debieron ser cortados por una pandemia. A esos que se fueron en el último año, el Sevilla regaló un minuto de silencio a los sones de Amarguras de Font de Anta. Que vuelva el fútbol con público con esa banda sonora no tiene precio.